Cuando unos hechos que sucedieron durante la conquista romana de Hispania son narrados en el periodo andalusí, irremediablemente su historia acabará llegando hasta nuestros días envuelta en un halo de leyenda. Este es el caso del cuento la Fuente del Elefante.
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Tumba micénica “Tesoro de Minyas”
Sitio arqueológico de Orchomenos, Beocia
Planificada la ruta hacia el interior de la Grecia continental, partiríamos desde Atenas en dirección a la antigua ciudad de Delfos. En el recorrido, una serie de puntos de interés y, entre ellos, los restos del teatro de Orchomenos. Escribiendo estas líneas recuerdo con suma nostalgia la gran sorpresa que me llevé al descubrir el tesoro que me esperaba al llegar a aquel lugar.
Canteras de San Pitar
Los pilares de mi tierra
Almayate. Vélez-Málaga, Málaga
Finalizado el verano, ya no quedan turistas en sus playas. Testigo mudo frente a la 340, el Mediterráneo ve pasar los vehículos como cuando contemplaba impasible el flujo continuo de antiguas civilizaciones, de las antiguas culturas. Siempre abierto a la llegada de nuevos pueblos, agradecido cuando la recogida de sus preciados frutos y practicable en tantas travesías que pusieron en contacto a innumerables comunidades unas con otras. Hoy permítanme hablar de una cantera próxima a una de sus costas, que durante el desarrollo de la ciudad de Málaga se convirtió en elemento fundamental sin pretenderlo.
Tierra, sudor y sangre
El desastre de al-Araq (IV)
Los yelmos de los castellanos ya se reconocían a la distancia. Abu Yahya, el jeque almohade, a voz en cuello gritó su primera orden. Entonces los estandartes califales se agitaron, señal que fue interpretada, rápidamente, por los jefes de las diferentes cábilas que pasaron a transmitirla a sus hombres. En una impecable maniobra sincronizada, al unísono las líneas de lanceros más avanzados hincaron rodilla en tierra y, pertrechados tras sus escudos, asomaron picas hacia el exterior, clavando el otro extremo de las astas en el suelo.
Divus Augustus
No había pasado más que un breve lapso de tiempo cuando vi aparecer a Caecilius doblando la esquina exterior del pórtico. Caminaba con los hombros caídos y el semblante serio, con la mirada perdida en el rico y cuidado pavimento que pisaba. Parecía desalentado, tal vez abatido; nada que ver con ese optimismo mostrado ante las puertas de la domus. Me llamó mucho la atención que aún portara bajo el brazo aquel objeto envuelto en paño con el que había salido de su vivienda, pero ni rastro de las muestras de cerámica que le había hecho entrega.
La Cueva de Hércules
Iglesia de San Ginés, Toledo
Ahmed-ar-Razi, también conocido como el moro Rasis, en su obra Crónica del moro Rasis ya desaparecida (siglo X d.C.), nos relata, a modo de vaticinio, el final del reino visigodo y la entrada de los musulmanes a la península, leyenda de la que se hicieron eco cronistas castellanos como Jiménez de Rada (De Rebus Hispaniae) o Alfonso X el Sabio (Crónica General de España) entre otros. En ella se relata que:
Ara Pacis Augustae
“… Bajo el consulado de Tiberio Nerón y Publio Quintilo, cuando regresé a Roma de mi viaje a Hispania y la Galia y después de haber llevado a cabo afortunadas empresas en estas provincias, el Senado decretó que se debía consagrar en honor a mi llegada el Ara Pacis en las proximidades del Campo de Marte y dispuso que los magistrados, sacerdotes y vírgenes Vestales celebrasen cada año un sacrificio en él.”. (Res Gestae Divi Augusti, 12.2)
El derrumbe de las defensas
La caída de Sagunto. Capítulo VII
Durante algún tiempo, mientras sanaba la pierna del Bárquida, disfrutamos de cierta tranquilidad en las defensas. El bloqueo permanecía, eso es cierto, impidiendo con su cerco que nadie pudiera entrar o salir de la ciudad. Pero también es cierto que se produjo una especie de tregua no pactada, un leve respiro necesario a la población que permitió la continuidad en las obras de fortificación interna con todos los brazos disponibles.
Sisapo
La Bienvenida. Almodóvar del Campo, Ciudad Real
Desde las primeras luces del alba varias de las esclavas se habían dedicado a preparar algunos ungüentos y cremas con los que maquillarían esa misma mañana a la domina. Era un día importante para Roma, se celebraba el regreso de Augusto tras su viaje a tierras de la Galia e Hispania. Por fin ambas provincias habían quedado completamente pacificadas.
Colonia Sexs
La Almuñécar fenicia
“Sobre la fundación de Gadir, los gaditanos recuerdan lo siguiente: que cierto oráculo mandó a los tirios a fundar una colonia en las Columnas de Herakles. Los exploradores llegaron al estrecho de Calpe y creyeron que los promontorios que lo forman eran los confines de la tierra habitada y el término de las empresas de Herakles. Suponiendo, entonces, que allí estaban las columnas a las que se refería el oráculo, echaron el ancla en cierto lugar de más acá de las Columnas, donde hoy se ubica la ciudad de los sexitanos. Pero, habiendo ofrecido en este lugar de la costa un sacrificio a los dioses y no habiendo sido propicias las víctimas, regresaron.
Posteriormente los expedicionarios atravesaron el Estrecho, llegando hasta una isla consagrada a Herakles, situada junto a Onoba, ciudad de Iberia y a unos mil quinientos estadios más allá del Estrecho. Creyendo que las Columnas estaban allí, hicieron un nuevo sacrificio a los dioses, pero habiendo sido otra vez las víctimas adversas, regresaron a su patria. En la tercera expedición fundaron Gadir y construyeron el santuario en la parte oriental de la isla y la ciudad en la parte occidental…”
Estrabón. Geografía III. 5.5. Sobre la fundación de Gadir.