De paradero desconocido, fue vista por última vez en unos baños árabes de Sevilla durante el siglo XIV cuando la trasladaron desde Itálica. Se sabe que era de piedra y causaba gran revuelo su presencia, pues cautivaba con su mirada lánguida a todo aquel que la contemplaba.
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Cerro de los Santos
Montealegre del Castillo, Albacete
Posiblemente mi interés por el Cerro de los Santos se deba a cuando visité el Museo Arqueológico Nacional y, recorriendo sus impresionantes pasillos, detuviera mis pasos en las salas dedicadas a la cultura ibérica. Tras retratar concienzudamente a la archiconocida Gran Dama Oferente del Cerro de los Santos, imagen fetiche de esta cultura como también lo son la Dama de Elche o la Dama de Baza, me quedaba absorto contemplando la vitrina donde, a sus espaldas, se mostraban algunos exvotos hallados en este mismo punto arqueológico. Puedo recordar que, leyendo la información de estas otras piezas, pensaba en la necesidad de viajar hasta la provincia de Albacete para intentar contextualizarlas en un futuro lo mejor que pudiera o supiese. Creo que ha llegado el momento de hacerlo.
Los baños romanos de Fortuna
Fortuna, Murcia
A los pies de lo que hoy se conoce como la Sierra del Baño, inmersos en pleno proceso de romanización durante el siglo I d.C., se monumentalizará un nacimiento natural de aguas siguiendo los cánones de tipo oriental-helenístico. Sería este un balneario que, desde antaño y motivado por sus propiedades especiales, siempre fue aprovechado por la población nativa del lugar.
Desde el punto de vista edilicio, podríamos estar hablando de un balneario romano como tantos otros que se erigieron en pleno periodo de la colonización romana; desde la perspectiva salutífera de sus aguas, podría tratarse de otras termas naturales del sureste peninsular – caso de Alhama o Mazarrón, por poner varios ejemplos -, ricas en propiedades curativas. Pero la cuestión que realmente tendríamos que plantearnos sería la siguiente: si en el término municipal de la actual Fortuna no se ha detectado presencia alguna de poblamiento romano que obligara a embellecer y sacralizar este nacimiento de aguas curativas, ¿qué pudo empujar a ello teniendo en cuenta que las ciudades más cercanas se encontraban a medio centenar de millas de distancia?
Complejo termal: continuación
Los Baños de Alhama de Murcia
Como comentábamos en publicaciones anteriores (pulsa aquí para leer), cuatro fueron los manantiales que surtían de aguas salutíferas al antiguo balneario romano de Alhama de Murcia. Tres de ellos lo hacían a temperaturas muy elevadas, destinadas a los distintos usos terapéuticos practicados en las salas termales. El cuarto manantial, también de aguas mineralizadas pero a 19ºC, fue empleado para la ingesta directa del enfermo cuando su tratamiento así lo requería. También se utilizaron en los baños de pulverización y, sobre todo, en el aprovisionamiento de las diferentes piscinas dedicadas al recreo.
Complejo termal
Los Baños de Alhama de Murcia
Nos situamos en los primeros siglos del Imperio, una etapa de la historia conocida como “Pax Romana”. Atrás quedaron los días de conflictos e inestabilidad, tiempos en los que se combatía por la defensa del territorio y para su conquista. La vieja Iberia recibe ahora la continua llegada de nuevos colonos, los cuales van extendiendo el manto de su cultura y costumbres por los cuatro puntos cardinales de la que ha quedado denominada como Hispania.
Carthago Nova, por su privilegiado emplazamiento natural y pasado de excelentes relaciones comerciales, se ha convertido en una de las ciudades que mejor ha absorbido este proceso de romanización. Su portus se perfila como el destino preferido para muchos de estos ciudadanos que llegan a él con el deseo expreso de encontrar unas tierras donde prosperar. Esta situación ha originado el crecimiento imparable de la urbe y una reocupación del territorio cercano.
En este último caso es donde debemos situar al antiguo emplazamiento íbero localizado en la actual Alhama de Murcia. Un lugar en el que los nuevos habitantes echarán sus raíces y acabarán transformando el paisaje gracias a su forma de vida y a los conocimientos que para ella aportan.
Existe y es real
El juego que da una pieza
Mañana soleada de domingo, que mejor día para darse una vuelta por la ciudad de Córdoba y visitar su espléndido museo arqueológico. Lo que no podía intuir, ni tan siquiera entrever en esa jornada dominical, sería como una sóla pieza me llamaría tanto la atención y, lo que es mejor, condicionaría mis futuras salidas a los montes de la Baetica.
El resto arqueológico en cuestión ha sido denominado como Inscripción de Fuente del Aqua (Vetus) Augusta, datada en el siglo I d.C. y localizada en calle Ramírez de las Casas Deza número 13 de la misma capital provincial (para conocer más sobre esta pieza en cuestión, pulsa aquí)
El texto que aparece en ella nos indica: «L. Cornelio de la tribu Sergia edil y duumvir, hizo construir con su propio dinero fuentes de piedra y efigies de bronce.» [Transcripción según CIL II2/7. Traducción según R. Hidalgo]
El urbanismo lúdico
«… Éste durante su duovirato ofreció juegos públicos y durante el mismo número de días (juegos) privados. Del mismo modo, a la totalidad de los habitantes en el Municipio y a los residentes los convocó ofreciéndoles, de modo gratuito, baños y ungüentos. Así también, en el mismo día a los jóvenes obsequió con juegos en el teatro (y) para los hombres y mujeres proporcionó gratuitamente (su entrada) al gimnasio y a los baños…«
Ruta Baños de Alicun (continuación)
Ruta Baños de Alicún. Villanueva de las Torres, Granada
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Los cuatro hombres del grupo expedicionario asomaron sus cabezas entre el perfecto resguardo que les otorgaba la densa y cerrada masa forestal; y no daban crédito a lo que veían tras de ella. Esta tribu nómada había iniciado su asentamiento definitivo en las mismas tierras que ellos siempre habían considerado como siniestras.
Ruta Baños de Alicun
Villanueva de las Torres, Granada
El astro rey, divinidad celestial de los antiguos pobladores, empezaba a esconderse tras las montañas que sumergen estas tierras cuando la columna expedicionaria se internó en la espesura de los bosques que protegían al posible nuevo asentamiento.
Hablar con la gente siempre es de provecho
Cuando crees haber terminado, no has hecho más que empezar
Son numerosas las ocasiones en las que crees que vas a dejar zanjado un determinado proyecto y por ello te sientes satisfecho. Todo está preparado: la documentación, los horarios, la ruta y coordenadas, etc. Pero cuando por fin te desplazas a ese punto de interés y hablas con la gente dedicada al yacimiento o centro de interpretación, descubres que, sencillamente, estabas muy equivocado. Sin pretenderlo, acabas sumergido en un nuevo objetivo y todo vuelve a empezar de cero.