Templo de Isis en el teatro de Itálica

De paradero desconocido, fue vista por última vez en unos baños árabes de Sevilla durante el siglo XIV cuando la trasladaron desde Itálica. Se sabe que era de piedra y causaba gran revuelo su presencia, pues cautivaba con su mirada lánguida a todo aquel que la contemplaba.

Durante el cambio de Era, aproximadamente entre los últimos años en vida de César y el periodo de Augusto, se inician en Itálica las obras del monumental teatro, prolongándose su construcción a lo largo de casi toda una centuria. A este periodo inicial correspondería también la erección de un pórtico o ambulacro situado tras la escena del edificio para espectáculos, cuya función principal, según Vitrubio y de manera genérica, sería el de un espacio ajardinado destinado a los almacenes, la salida de los espectadores en los entreactos y a la protección de la lluvia que pudiera interrumpir una representación, sobre todo en aquellos teatros carentes de vellum.

Las construcciones relacionadas con estos porticus post scaenan, como se le conocen, estuvieron muy vinculados a la propaganda y promoción de las élites locales y se añadirán a los teatros romanos de aquellas ciudades donde la intervención de la familia imperial, o la de una élite adinerada con grandes intereses políticos en Roma, era aún más estrecha. Este sería el caso de Itálica.

INSCRIPCIÓN CONMEMORATIVA

Lápida epigráfica del pontífice Lucio Herio, responsable del culto al emperador Augusto. Años 15-25 d.C. «Lucio Herio, hijo de Lucio, dunviro por segunda vez, investido de la potestad dunviral por tercera, según decreto de los decuriones, primer pontífice creado para Augusto, ofreció y dedicó a sus expensas los arcos, pórticos que había prometido al municipio construir de su patrimonio». La construcción de la primera fase del pórtico del teatro de Itálica se ha relacionado con esta inscripción de Lucio Herio, aunque en la actualidad no existen argumentos concluyentes para relacionarlos. Museo Arqueológico de Sevilla.

Es a partir de los primeros años del siglo II d.C. cuando a la galería porticada (el ala oeste) se le añadan los tres lados restantes de doble encolumnado que acabarán delimitando una plaza rectangular (44.5 mts. por 39.5 mts. en su interior), cuyo acceso se realizaba por el lado este, justamente el opuesto al ambulacrum de la escena. El nuevo pórtico será considerado elemento independiente al teatro de Itálica, aunque vinculado directamente a su conjunto.

PORTICUS POST SCAENAN

Porticus post scaenan del teatro de Itálica al fondo. Delante, estanque en lo que sería la zona ajardinada. Teatro Romano de Itálica. Santiponce, Sevilla.

Este muro perimetral obedece a un nuevo concepto de ciudad; las funciones de exaltación de las élites locales y religiosas darán paso a la habilitación de nuevos espacios dedicados al bienestar de los ciudadanos, donde las zonas ajardinadas ocuparán, a partir de ahora, un lugar preferente. Los cambios estructurales orientados a estos beneficios en la ciudadanía no se verán reflejados exclusivamente en teatros y otros edificios para el espectáculo, sino que también se llevarán a cabo en las termas y los baños públicos.

Fuentes monumentales se añadirán a las zonas verdes de las galerías porticadas situadas tras la escena del teatro, cuyo perímetro al completo quedará orientado al paseo. A lo largo de su recorrido se destinarán espacios de carácter comercial y artesanal o, como en el caso del pórtico de Itálica, para la erección de un Iseum.

ESTANQUE

Detrás de las columnas visibles en primer plano, estanque de los jardines del pórtico de la escena del Teatro de Itálica. A sus espaldas, restos del Templo de Isis.

Durante la época del emperador Adriano, en mitad de la galería norte y centrada con respecto al estanque del jardín, los intercolumnios fueron cegados por una pared que sirvió para delimitar una estancia independiente de unos 16 mts. de ancho. Dicho espacio será remodelado con el objeto de instalar un pequeño templo dedicado al culto de la diosa Isis.

Este santuario, ubicado a la espalda del teatro, tenía planta rectangular con una cella de 9 mts. de ancho por 3 y medio de profundidad. Contó con tres pequeñas habitaciones adosadas a su fachada: dos laterales abiertas hacia la cella y una central que funcionaba a modo de vestíbulo. Su entrada se realizaba a través del muro de cerramiento exterior levantado entre las columnas del pórtico. Para su acceso, superada la puerta, se dispuso una escalinata y, entre ésta y el interior de la cella, un pequeño rellano pavimentado con seis losas de las cuales cuatro corresponden a lápidas votivas con plantae pedum dedicadas a la diosa Isis y a la diosa Bubastis:

PLACA DE MARMOL

Exvoto con plantae pedum. Placa de mármol blanco con vetas rosadas e inscripción: ISIDI / REGIN / SOTER / VOTUM / S.L.A, donde el cognemen SOTER hace referencia a la dedicación del devoto sobre la salvación del espíritu por parte de Isis, a la que considera Reina. Siglo II d.C. Museo Arqueológico de Sevilla.

  1. ISIDI DOMINAE / MARCIA VOLUPTAS EX VOTO / ET IVSSU LIBENS ANIMO SOL
  2. ISIDI / REGIN / SOTER / VOTVM / S.L.A
  3. DOMNVLAE.BVBASTI / IVNIA CERASA / VSLA
  4. DV.VI.PRIVATA.IMPERO.IVNOSIS / DD

Estas plantas de pies embutidas, tal vez representando los pies de la diosa, eran colocadas para ser besadas y adoradas en algunas ceremonias de iniciación, aunque hay autores que interpretan las huellas como símbolo de la presencia del devoto. Por una cuestión u otra, a Isis se le hizo llamar Reina (REGIN), como aquella divinidad que reunía las características del resto de diosas; Señora (DOMINA), al ser la dueña suprema; o incluso la Victoria (Victrix) de las legiones.

SACERDOTISA

Retrato de sacerdotisa procedente del pórtico donde se situaba el Templo de Isis. Siglo III d.C. Museo Arqueológico de Sevilla.

El templo, tanto en su interior como en su exterior, pudo estar ricamente ornamentado con representaciones de imágenes y decorado sobre paredes estucadas. En los pedestales situados en la fachada del santuario, justo delante de cada columna del pórtico, se colocaron estatuas dedicadas a las sacerdotisas. El interior de la cella contaría con alguna escultura de la diosa, además de otras sacerdotisas isíacas de alto rango, ya que era el espacio donde oratrices, estolistas e hieróstalas cuidaban y vestían las imágenes de sus divinidades.

Desgraciadamente, no ha llegado hasta nosotros ninguna de estas esculturas, a excepción de una cabeza femenina que correspondería a una mujer de edad avanzada, con arrugas en su rostro y la cabeza cubierta por un manto liso. Es muy probable que esta cabeza formara parte de una de esas esculturas de condición sacerdotal, de tamaño algo menor al natural, que ocuparon uno de los pedestales de la fachada.

Sólo las evidencias, arqueológicas e históricas, apuntan a la existencia de una bella imagen de Isis en el interior de la cella del templo. Por un lado contamos con una de las cuatro inscripciones votivas con plantae pedum conocida como Exvoto de Marcia Voluptas.

PLACA DE MARMOL

Exvoto con plantae pedum. Placa de mármol gris veteado con inscripción: ISIDI DOMINAE / MARCIA VOLUPTAS EX VOTO / ET IVSSU LIBENS ANIMO SOL. La devota, Marcia Voluptas, cuyo cognomen hace referencia al estado de satisfacción que alcanza el iniciado al contemplar la estatua de la diosa, dedica el exvoto a su divinidad a la que califica con el apelativo de Señora, es decir, dueña suprema de todas las cosas. Siglo II d.C. Museo Arqueológico de Sevilla.

Voluptas era la forma de designar el estado de felicidad que embargaba al iniciado, quien no cesaba de contemplar la estatua de la diosa. Dicho de otra forma, este pavimento votivo con inscripción estaba indicando la existencia de una imagen de Isis, la cual se contemplaría y que no pudo estar ubicada en otro lugar que no fuera el interior de la cella.

Pero, por otro lado, contamos con un testimonio que podría vincular el santuario de Isis de Itálica con un episodio de la historia islámica de Sevilla en el que se narra el descubrimiento de una figura de esta divinidad con el niño Horus en la antigua colonia romana y su traslado hacia la capital andaluza. Al-Himyari (siglo XIV) cita en uno de los poemas árabes:

«Había en Talika (Itálica)… una estatua de una mujer joven, de mármol blanco de tamaño natural, de una belleza sorprendente. Su rostro era encantador y cada uno de sus miembros y los detalles de su cuerpo se habían representado con la perfección más apreciable de la estética femenina. Sobre sus rodillas tenía un niño abrazado contra ella. Una serpiente se alzaba a sus pies, como si quisiera morder al niño. La mujer miraba a su vez a la serpiente erguida y al niño sentado en sus rodillas, y su rostro tenía una doble expresión de ternura y sobresalto. Se podía estar todo el día mirándola sin sentir el más mínimo hastío, tanto era el mérito artístico de la estatua y admirable su labra. Esta estatua está hoy en unos baños de Sevilla. Sucede que las gentes del pueblo cayeron enamorados y se emocionaron hasta el punto de dejar sus ocupaciones habituales y cerrar los comercios para poder estar todo el tiempo contemplándola».

MURO DE CIERRE NORTE

Pórtico norte con su muro de cierre al fondo, junto con restos de santuario. La zona donde se encuentran los restos de las columas formarían los espacios ajardinados. Teatro romano de Itálica. Santiponce, Sevilla.

El modelo de figura encontrado por los musulmanes en Itálica, trasladada a uno de los baños árabes de Sevilla, según las características descritas y la opinión de los especialistas en arte, podría tratarse del tipo Isis kourotrophos o Lactans en una de sus versiones más helenizadas.

Ciertamente sabemos de la existencia de otro santuario dedicado a la diosa Isis en Itálica. Dentro de su anfiteatro se halló otro conjunto de losas con huellas de pies tan característicos en este culto. Entonces, ¿qué nos lleva a pensar que la escultura encontrada en la Edad Media pudo ser del templo situado tras el teatro y no del anfiteatro?

LAPIDAS VOTIVAS ANFITEATRO

Lápidas votivas procedentes del santuario de Isis en el Anfiteatro de Itálica donde se hace alusión a Némesis y a Caelestis. Museo Arqueológico de Sevilla.

Los exvotos de la sala situada a la derecha de la entrada oriental del anfiteatro estaban dedicados, en su mayor parte, a Caelestis o a Némesis. En cambio, de las cuatro losas del pórtico norte, tres estaban consagradas a Isis y una a Bubastis. Ambas divinidades son protectoras de la fecundidad, los partos, la infancia y la lactancia, de ahí que su culto tuviera gran éxito entre las mujeres. La escultura contemplada en los baños árabes presentaba a Horus sentado en las rodillas de Isis.

Una misma imagen pudo tener la misma devoción, aunque dedicadas a distintas diosas. En una de las inscripciones reza: DOMNVLAE.BVBASTI / IVNIA CERASA / VSLA, es decir, dedicación a la diosa Bubasti.

MURO DE CIERRE PORTICO

Muro de cierre del pórtico norte donde se encontraba el santuario de Isis. Al fondo, pórtico trasero de la escena del teatro y restos del santuario. Teatro romano de Itálica. Santiponce, Sevilla.

Pero no. Antes que os pongáis a buscar, no se ha encontrado la estatua de Isis de los baños, al igual que tampoco se conoce el paradero de otra imagen de esta diosa con las mismas características, aunque elaborada en piedra negra, encontrada en el Alcázar de Sevilla en época contemporanea. De la primera sólo se tiene constancia por los poemas árabes; de la segunda, por su descubrimiento y posterior desaparición.

En Hispania el culto a Isis comenzó a tener cierta aceptación durante los siglos II-III d.C. La propagación de los cultos orientales en época de Adriano responderá al interés de este emperador por la religión mistérica. En el caso particular de Itálica, existió uno de los principales talleres de escultura que producían este tipo de imágenes representando a la diosa, las cuales eran repartidas por otras ciudades y colonias hispanas.

Parece que el templo fue respetado durante varios siglos, pero, a raíz de las invasiones arrianas a mediados del siglo V d.C., se produjeron destrucciones violentas del conjunto teatral, de las esculturas que las ornamentaban y de la decoración parietal que lo embellecía. Posteriormente, en periodo islámico, sus restos serían saqueados. Este fue el final del santuario de Isis en el pórtico del teatro. No se supo más de él hasta su descubrimiento en el año 1992.

Autor: Javier Nero

Bibliografía:

  • Itálica. Guía oficial del conjunto arqueológico (Junta de Andalucía, Consejería de Cultura)
  • Cartelería del Museo Arqueológico de Sevilla
  • Isis en el Teatro de Itálica (Ramón Corzo Sánchez)
  • La Porticus Post Scaenam en la arquitectura teatral romana. Introducción al tema (Sebastián F. Ramallo Asensio)
  • Base de datos UC3M (Universidad Carlos III de Madrid)

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