Cuando unos hechos que sucedieron durante la conquista romana de Hispania son narrados en el periodo andalusí, irremediablemente su historia acabará llegando hasta nuestros días envuelta en un halo de leyenda. Este es el caso del cuento la Fuente del Elefante.
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El asentamiento argárico de Fuente Álamo
Cuevas de Almanzora, Almería
Ya conocisteis Los Millares, ahora ha llegado el turno de descubrir qué fue de su población. De cómo este poblado megalítico evolucionó con el paso del tiempo hasta convertirse en una de las culturas más interesantes del Sudeste Peninsular. Nos adentramos en la Edad de Bronce.
Caius Valerius Avitus, duoviro de Tarraco
Villa romana dels Munts. Altafulla, Tarragona
Desde el pórtico de las estancias superiores, Caius Valerius Avitus, recién nombrado duoviro de la Colonia tarraconense, pensativo, mantenía la mirada perdida en un horizonte cubierto esa noche por un manto de estrellas. Sobre su hombro derecho, como en aquellos primeros años de casados en Augustóbriga, su mujer, Faustina, apoyaba la cabeza mientras le envolvía el brazo con sus delicadas manos. Este rincón de la villa siempre había sido el lugar preferido del matrimonio a la hora de contemplar juntos la costa de Tarraco bañada por las aguas del Mediterráneo. Distanciados de ellos, el esclavo, buen conocedor de sus obligaciones, esperaba paciente la llamada para su probable requerimiento.
La compra de unos terrenos
Se desconocen qué motivos reales pudieron llevar a los habitantes de Singilis y alrededores al definitivo abandono de su balneum. Entonces, ¿cuáles serían las causas para no querer (o no poder) reconstruir la parte del balneario público arrasado por la fuerza de las aguas? Seguimos contando la historia de la villa romana de Fuente Álamo (Puente Genil, Córdoba)
El balneum
Como ya comentábamos en su artículo anterior, en un pequeño bosque situado a las afueras del núcleo poblacional, a intermediación entre los oppidum de Ipagrum (actual Aguilar de la Frontera) y Ostippo (Estepa. Para leer el artículo relacionado con el asentamiento turdetano de Astapa, pulsa aquí), los veteranos de las legiones recién licenciadas levantaron un balneario público con ayuda de las comunidades indígenas. Un balneum dedicado al ocio y culto a las aguas donde los nuevos colonos, así como los comerciantes y viajeros que empezaron a transitar por estas tierras, pudieron disfrutar del placer que les brindaban estos baños mientras descansaban, comían, practicaban deporte o formalizaban acuerdos mercantiles.
Aprovechando la calidad de las aguas que corrían por un inmenso arroyo, sin olvidar las excelentes estructuras que los antiguos pobladores ya tenían levantadas a modo de tapiales, se construyó el balneum o balneario de Fuente Álamo.
Complejo termal: continuación
Los Baños de Alhama de Murcia
Como comentábamos en publicaciones anteriores (pulsa aquí para leer), cuatro fueron los manantiales que surtían de aguas salutíferas al antiguo balneario romano de Alhama de Murcia. Tres de ellos lo hacían a temperaturas muy elevadas, destinadas a los distintos usos terapéuticos practicados en las salas termales. El cuarto manantial, también de aguas mineralizadas pero a 19ºC, fue empleado para la ingesta directa del enfermo cuando su tratamiento así lo requería. También se utilizaron en los baños de pulverización y, sobre todo, en el aprovisionamiento de las diferentes piscinas dedicadas al recreo.
La llegada de los romanos al Singilis
Resuelto definitivamente el conflicto civil entre el ejército de Julio César y las facciones pompeyanas, dirigidas por Tito Labieno en la que vino a denominarse como Batalla de Munda, a los licenciados victoriosos de las tropas cesarianas y en gratitud a sus esfuerzos y confianza sobradamente demostrada, se les otorgó grandes extensiones de tierras en el Valle del Guadalquivir. Espacios que, como no podía ser de otro modo, son entregados a estos veteranos en forma de centuraciones, es decir, terrenos parcelados.
Existe y es real
El juego que da una pieza
Mañana soleada de domingo, que mejor día para darse una vuelta por la ciudad de Córdoba y visitar su espléndido museo arqueológico. Lo que no podía intuir, ni tan siquiera entrever en esa jornada dominical, sería como una sóla pieza me llamaría tanto la atención y, lo que es mejor, condicionaría mis futuras salidas a los montes de la Baetica.
El resto arqueológico en cuestión ha sido denominado como Inscripción de Fuente del Aqua (Vetus) Augusta, datada en el siglo I d.C. y localizada en calle Ramírez de las Casas Deza número 13 de la misma capital provincial (para conocer más sobre esta pieza en cuestión, pulsa aquí)
El texto que aparece en ella nos indica: «L. Cornelio de la tribu Sergia edil y duumvir, hizo construir con su propio dinero fuentes de piedra y efigies de bronce.» [Transcripción según CIL II2/7. Traducción según R. Hidalgo]
Fuente del Aqua Augusta
[L(ucius)] CORNELI[us – f(ilius)] / SERG(ia) · AED(ilis) · IIVIR / (vac. v.1) / LACUS · SILICEOS / EFFIGIES AHENEAS / DE · SUA · PECUNIA / FECITL.
Cornelio de la tribu Sergia edil y duumvir, hizo construir con su propio dinero fuentes de piedra y efigies de bronce.
(Museo Arqueológico de Córdoba)
La ciudad como eje de comunicaciones
La nueva ciudad romana quedó adscrita al Conventus Astigitanus, situada a los pies de la Sierra del Torcal. Era este un terreno llano y fértil, de gran aprovechamiento agrícola, regado por las aguas del cercano cum fluvio foederatorum (el río de los federados o de Malaca que menciona Plinio, pero también denominado por Ptolomeno como Saduce o la ciudad con río). Nos estamos refiriendo al río Guadalhorce de Málaga.