Aníbal llega a Sagunto

La caída de Sagunto. Capítulo V

Espoleando sus pequeñas y ágiles monturas – sin bridas, ni bocados, ni tampoco sillas; tan sólo el uso de una vara y una cuerda alrededor del cuello -, un cuerpo bien nutrido de caballería ligera númida avanzó hasta alcanzar las proximidades del oppidum. A sus espaldas dejaban una densa polvareda que terminaba fundiéndose con las altas columnas de humo de unos campos envueltos en llamas.

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La delegación saguntina

La caída de Sagunto. Capítulo II

El consejo de Arse volvió a reunirse para evaluar las repercusiones que habían dado lugar con motivo de los últimos ataques cartagineses. En la asamblea celebrada esa mañana se dieron cita miembros de dicho órgano, junto con la aristocracia de la ciudad y representantes de los emporianos con intereses en la región, además de otra gente influyente; el semblante de sus rostros denotaba cuál era el grado de preocupación que se vivía en esos momentos. Se debía debatir con urgencia qué medidas iban a adoptarse para el supuesto que, en la próxima campaña o con posterioridad, Aníbal decidiera atacar sus murallas.

Vía del Pòrtic. Decumanus minor pavimentado con grandes losas de caliza gris, junto con entramado hidráulico de la ciudad romana. Plaça Antiga Moreria, 9. Sagunto.

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Edeta (continuación)

<< Viene de publicación anterior

Edeta quedó definida, finalmente, como un gran centro de poder, además de ser la residencia de la dinastía real y toda su aristocracia dependiente. Se le asignará el papel de único ámbito autorizado donde practicar el intercambio comercial, cometido a través del cual las élites se asegurarán controlar el poder económico. De esta forma se mantendrá la hegemonía con respecto al resto de asentamientos, entendidos a estos últimos como simple servidumbre territorial.

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Edeta

Tossal de Sant Miquel. Llíria, Valencia

Durante el Bronce Final (siglos VIII – VII a.C.), el territorio que terminará controlando la ciudad íbera de Edeta no era más que una amplia extensión de tierras prácticamente deshabitadas; unos parajes donde el asentamiento de la futura capital edetana, con amplio registro de vida continuada desde el II milenio, centralizará las escasas importaciones, resultado de los contactos comerciales esporádicos, que hasta el lugar llegaban. El asentamiento humano se situará en una posición elevada y defendido por unas primeras murallas. Sus viviendas se alzarán sobre planta rectangular y zócalos empedrados, fabricados con los mismos materiales heredados de los modelos precedentes.

CIMA DEL CERRO

Cima del Cerro Tossal de Sant Miquel. Llíria, Valencia.

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