La expedición marítima de César sobre Gallaecia

Existen pasajes de nuestro pasado que lograron alterar el ritmo de la Historia y, tal vez, sea este uno de ellos. Seguro que lo conoces… o puede que no.

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Dolmen de Axeitos

Un ejemplo de megalitismo gallego. Ribeira, A Coruña

El hombre del Paleolítico abandonó el abrigo de sus cavernas, sufrirá un cambio radical con la llegada de la agricultura a sus vidas. A partir de esos momentos, sin pretenderlo, plasmará su huella en el paisaje europeo con la construcción de monumentales mausoleos conocidos en Galicia como mámoas. A partir de entonces, la simbiosis entre hombre y naturaleza quedará representada por el megalistismo.

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Cohors I Celtiberorum

Campamento romano de Ciadella. Sobrado dos Monxes, A Coruña

A lo largo de los dos primeros siglos del Imperio, contingentes de soldados galos, germanos e hispanos fueron reclutados para suplir las bajas que, dentro de las filas romanas, se iban generando. Bien como unidades de apoyo a las legiones, bien operando de forma autónoma, estos cuerpos de auxiliares actuaron en territorios cuyas fronteras parecían cada vez más inabarcables.

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Monasterio de San Xoan de Caaveiro

Fragas do Eume

Cuenta la leyenda que con el Eume nacieron dos ríos más en la Serra do Xistral, el Sor y el Landro. Dios prometió que al primero que consiguiera desembocar en el mar, le entregaría a un hombre todos los años como ofrenda. Los tres pactaron que recorrerían juntos el camino y llegarían al mismo tiempo. En un lugar, cansados de su viaje, decidieron descansar. Uno de ellos despertó primero y traicionándo al resto, emprendió el viaje sólo hacia el Océano. El otro, al abrir sus ojos y comprobar que faltaba uno de los tres, decidió abandonar también el lugar dejando sólo al Eume con su sueño. Así el Eume, al despertar, se sintió traicionado. Enfurecido y embravecido, emprendió el viaje saltando todo lo que se le interpuso en el camino, formando valles y saltos hasta llegar el primero. Por este mismo motivo, el Eume todos los años se llevaba la vida de algún hombre debido a la bravura de sus aguas, mientras que los otros dos, Sor y Landro, fueron relegados a meros y simples afluentes.

Río Eume a su paso por el Parque Natural Fragas do Eume. A Capela, A Coruña.

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Una de templarios

Iglesia de San Miguel de Breamo. Pontedeume, A Coruña.

Año de 1187. Guido de Lusignan, rey en esos momentos de Jerusalén, al mando de los contingentes templarios y hospitalarios sufre una gran derrota en Qurun-hattun ante el nutrido ejército de Salah ad-Din, Saladino. El máximo responsable de los cruzados en el reino de Cristo será capturado en las áridas tierras de los Cuerno de Hattin y hecho prisionero por los musulmanes junto con otros tantos nobles. Para su liberación, se verá obligado a ceder la ciudad de Asqalum. Desgraciadamente, no todo queda ahí. Al poco tiempo, los estandartes de la media luna ondearán sobre las torres de la emblemática Jerusalén.

En ese mismo año se construye San Miguel de Breamo. Ante la incertidumbre que se vive en la cristiandad y el temor que se tratara del inicio de la caída templaria, San Miguel es erigida, de forma secreta, sobre un antiguo santuario pagano; se construye no como templo para la advocación cristiana, sino como el testamento de la propia orden.

Esta es la leyenda de los Guardianes del Testamento Templario.

01 - IGLESIA DE SAN MIGUEL DE BREAMO

Iglesia de San Miguel de Breamo. Pontedeume, A Coruña.

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Castro Baroña

Pienso que es el resultado de un equilibrio entre lo que el mar entrega y lo que se lleva.

CASTRO BAROÑA

Castro Baroña. Porto do Son. A Coruña.

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Catoira

Las incursiones vikingas por el Ulla

Cuando arribaron a nuestras costas por primera vez, pudieron hacerles frente en las cercanas aguas del Faro Brigantium. Hombres de la talla de Ergica y Olmundo de Erice consiguieron rechazarlos, incluso acabaron incendiando gran número de sus naves. Fue esta una importante victoria, bien festejada por los supervivientes de las mesnadas allí reunidas. No sólo se consiguió la derrota y huida de los nórdicos, también trasladar sus razzias a las fronteras del califa andalusí.

DRAKKARS SOBRE EL RIO ULLA

Drakkars sobre el río Ulla. Catoira, Pontevedra.

En esos momentos el reino se sintió fuerte, infranqueable. Se había evitado la amenaza que acechaba a la población, los campos de labranza y templos. Pero este fue un gran error, el exceso de confianza y seguridad. Los sarracenos, nuestros enemigos en el Sur, conocieron de la crueldad de los guerreros venidos de las tierras heladas del Norte y se prepararon a conciencia para prevenir futuras incursiones. En cambio nosotros no lo hicimos y ahora han vuelto, una vez más.

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