Entre los años 418 y 420 d.C. el comes Hispaniarum Asterio acudirá a Tarraco, procedente de la Gallia, al mando de “un grandísimo ejército, encargado de la dirección suprema de una guerra tan decisiva.” … como fue recuperar Hispania para la causa imperial legítima de Occidente (Epístola 11, Consencio).
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La Cueva de Hércules
Iglesia de San Ginés, Toledo
Ahmed-ar-Razi, también conocido como el moro Rasis, en su obra Crónica del moro Rasis ya desaparecida (siglo X d.C.), nos relata, a modo de vaticinio, el final del reino visigodo y la entrada de los musulmanes a la península, leyenda de la que se hicieron eco cronistas castellanos como Jiménez de Rada (De Rebus Hispaniae) o Alfonso X el Sabio (Crónica General de España) entre otros. En ella se relata que:
El desembarco de Tariq
Ermita de los Santos Mártires. Medina Sidonia, Cádiz
Andaba reorganizando las notas y apuntes sobre la invasión musulmana cuando, irremediablemente, se me vino a la memoria mi primera visita a Medina Sinonia; de esto hace ya unos cuantos años. El motivo que me empujara a conocerla, aparte de sus maravillosos restos romanos, era la Ermita de los Santos Mártires, santuario también conocido con el nombre de Santiago del Camino, que se encuentra a las afueras de esta preciosa localidad. Resulta también que sobre esas fechas absorbía todo aquello que llegaba a mis manos relacionado con la batalla de Guadalete, la derrota de don Rodrigo y el final de un reino visigodo desde hacía tiempo en decadencia. Pues bien, hoy me animo a tratar uno de los episodios menos conocidos de esta parte de nuestra Historia, me estoy refiriendo a las jornadas previas al enfrentamiento entre ambos ejércitos cuando el general bereber Tariq ibn Ziyad desembarcara en las costas gaditanas. Espero que os guste.
Oratorio visigodo de Valdecanales
Rus, Jaén.
En la provincia de Jaén, siguiendo la ruta del viejo camino que marchaba hacia la antigua capital del reino visigodo, Toletum, se localiza un oratorio rupestre correspondiente a este mismo periodo de nuestra historia. Tal vez mozárabe, pudo servir de refugio espiritual para atender las necesidades de fe de aquellos pobladores que habitaron estas tierras del interior. Este impresionante patrimonio cultural, hoy maltrecho por el paso de los siglos y el desinterés público, continua manteniendo en secreto el enigma de cuál pudo ser el origen de sus fundadores y las verdaderas funciones para las primeras comunidades cristianas, a la vez que sigue sorprendiendo a todo viajero que tiene la curiosidad de conocerlo.
Santa Eulalia de Bóveda
Bóveda de Mera, Lugo
A tan sólo veinte millas al oeste de Lucus Augusti, muy próximo de la vía romana que unía la antigua ciudad con el campamento militar de la unidad auxiliar Cohors I Celtiberorum del ejército imperial, se levantará un edificio que, a día de hoy, continúa generando gran controversia relacionada con su datación, por no mencionar la funcionalidad del mismo y la decoración empleada en el interior. Nos estamos refiriendo a Santa Eulalia de Bóveda.
Begastri (continuación)
<< Viene del artículo Begastri, una ciudad episcopal
No tardarían en llegar las guerras civiles entre monarcas y facciones aristócratas en el reino visigodo; nobles siempre codiciosos por usurpar el trono del Regnum Visigothorum. Atanagildo, careciendo de las tropas necesarias para intentar destronar a Agila I, decide buscar apoyo en el Imperio Romano de Oriente. Justiniano I, quien reinaba por aquel entonces, no desaprovechó la oportunidad de intervenir en Hispania y continuar avanzando en su ambicioso proyecto Renovatio Imperii Romanorum, es decir, la reunificación de todos aquellos territorios que en su día estuvieron bajo el poder del viejo Imperio Romano.
Begastri, una ciudad episcopal
Cabezo Roenas. Cehegín, Murcia
«Abd al-Aziz, hijo de Muza, hijo de Noseir a Teodomiro, hijo de Gabdus , en virtud de la cual queda convenido, y se le jura y promete por Dios y su Profeta (a quien Dios bendiga y salve) que tanto a él, como a cualquiera de los suyos, se les dejará en el mismo estado en que se hallen respecto del dominio libre de sus bienes; no serán muertos, ni reducidos a esclavitud, ni separados de sus hijos, ni de sus mujeres; se les permitirá el culto de su religión, y no serán incendiadas sus iglesias, ni privadas de su propiedad libre, en tanto que observe y cumpla fielmente lo que pactamos con él, a saber: que entregará por capitulación las siete ciudades, Auriola, Villena, Alicante, Muía, Begastro, Ello y Lorca; que no se dará hospitalidad a los que huyan de nosotros, ni a los que nos sean hostiles, ni se molestará a los que nos sean fieles adictos, ni nos ocultarán las noticias que tuvieren respecto de nuestros enemigos; que él y los suyos pagarán cada año un dinar, cuatro almudes de trigo, cuatro almudes de cebada, cuatro azumbres de vinagre, dos azumbres de miel y dos azumbres de aceite, y la mitad de esto los siervos. Fueron testigos. Otman, hijo de Abuabda, el Corcixí; Habib, hijo de Abuobaida, el Fihrí; Abdala, hijo de Meicera, el Falimí; y Abucain, el Hadalí; fué escrito en el mes de Racheb del año 94 de la hégira«
Pacto de Teodomiro. Abril de 713.
Basílica paleocristiana de Vega del Mar
San Pedro de Alcántara, Marbella
“Se sintió en las provincias granadinas y en otras del Imperio un violento terremoto. Las olas del Mediterráneo hirvieron como en la más deshecha borrasca. A muchas varas de distancia de Malaca, de Exi (Sexi), de Abdera, quedaron en seco las playas que siempre habían estado bañadas por las aguas: los pescados, faltos de su natural elemento, eran cogidos a mano sobre la arena sin redes ni anzuelos. Absorto los habitantes, vieron la profundidad de los abismos, que colmados de agua estaban quizás desde el principio del mundo. Al cabo de algunas horas retrocedió el mar con ímpetu furioso; los buques, que habían encallado en la arena, fueron lanzados con irresistible empuje dentro de tierra, y estrellados algunos contra los edificios de las ciudades cercanas. Las aguas inundaron los pueblos de la ribera, ahogando a multitud de familias.” (Miguel Lafuente Alcántara. Historia de Granada: comprendiendo la de sus cuatro provincias Almería, Jaén, Granada y Málaga desde remotos tiempos hasta nuestros días. 1843)
La Hiponova de Plinio el Viejo
Peña de los Gitanos en Montefrío. Granada
Dos referencias, una polémica. La Hiponova mencionada por Plinio el Viejo en su obra “Historia Natural” y la Iponoba de la “Geografía” de Estrabón. ¿Dónde quedó realmente emplazada esta ciudad? ¿En la Peña de los Gitanos localizada en el municipio granadino de Montefrío? O, por el contrario, ¿en el Cerro del Minguillar de Baena, Córdoba?
El santuario de San Ambrosio
Barbate. Cádiz
He aquí otro ejemplo de nuestro legado patrimonial que se resiste a desaparecer con el paso del tiempo, pero que, tal vez, los ojos de los andaluces no alcanzan a valorar como debieran. ¿Realmente somos conocedores de su existencia e historia?