Cuando unos hechos que sucedieron durante la conquista romana de Hispania son narrados en el periodo andalusí, irremediablemente su historia acabará llegando hasta nuestros días envuelta en un halo de leyenda. Este es el caso del cuento la Fuente del Elefante.
Archivo de la categoría: Alta Edad Media
Oratorio visigodo de Valdecanales
Rus, Jaén.
En la provincia de Jaén, siguiendo la ruta del viejo camino que marchaba hacia la antigua capital del reino visigodo, Toletum, se localiza un oratorio rupestre correspondiente a este mismo periodo de nuestra historia. Tal vez mozárabe, pudo servir de refugio espiritual para atender las necesidades de fe de aquellos pobladores que habitaron estas tierras del interior. Este impresionante patrimonio cultural, hoy maltrecho por el paso de los siglos y el desinterés público, continua manteniendo en secreto el enigma de cuál pudo ser el origen de sus fundadores y las verdaderas funciones para las primeras comunidades cristianas, a la vez que sigue sorprendiendo a todo viajero que tiene la curiosidad de conocerlo.
Monasterio de San Xoan de Caaveiro
Fragas do Eume
Cuenta la leyenda que con el Eume nacieron dos ríos más en la Serra do Xistral, el Sor y el Landro. Dios prometió que al primero que consiguiera desembocar en el mar, le entregaría a un hombre todos los años como ofrenda. Los tres pactaron que recorrerían juntos el camino y llegarían al mismo tiempo. En un lugar, cansados de su viaje, decidieron descansar. Uno de ellos despertó primero y traicionándo al resto, emprendió el viaje sólo hacia el Océano. El otro, al abrir sus ojos y comprobar que faltaba uno de los tres, decidió abandonar también el lugar dejando sólo al Eume con su sueño. Así el Eume, al despertar, se sintió traicionado. Enfurecido y embravecido, emprendió el viaje saltando todo lo que se le interpuso en el camino, formando valles y saltos hasta llegar el primero. Por este mismo motivo, el Eume todos los años se llevaba la vida de algún hombre debido a la bravura de sus aguas, mientras que los otros dos, Sor y Landro, fueron relegados a meros y simples afluentes.
Una de templarios
Iglesia de San Miguel de Breamo. Pontedeume, A Coruña.
Año de 1187. Guido de Lusignan, rey en esos momentos de Jerusalén, al mando de los contingentes templarios y hospitalarios sufre una gran derrota en Qurun-hattun ante el nutrido ejército de Salah ad-Din, Saladino. El máximo responsable de los cruzados en el reino de Cristo será capturado en las áridas tierras de los Cuerno de Hattin y hecho prisionero por los musulmanes junto con otros tantos nobles. Para su liberación, se verá obligado a ceder la ciudad de Asqalum. Desgraciadamente, no todo queda ahí. Al poco tiempo, los estandartes de la media luna ondearán sobre las torres de la emblemática Jerusalén.
En ese mismo año se construye San Miguel de Breamo. Ante la incertidumbre que se vive en la cristiandad y el temor que se tratara del inicio de la caída templaria, San Miguel es erigida, de forma secreta, sobre un antiguo santuario pagano; se construye no como templo para la advocación cristiana, sino como el testamento de la propia orden.
Esta es la leyenda de los Guardianes del Testamento Templario.
La transformación musulmana de Augusta Emerita
«En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso. Bendición de Dios y Su protección para los que obedecen a Dios. Ordenó construir esta fortaleza y servirse de ella como refugio de los obedientes el emir Abd al-Rahman, hijo de al-Hakam –glorifíquele Dios–, por medio de su camil Abd Allah, hijo de Kulayb b. Talaba, y de Hayqar b. Mukabbis, su sirviente [y] Sahib al-bunyan, en la luna del postrer rabi del año doscientos veinte» [abril del año 835 d. C.]
Catoira
Las incursiones vikingas por el Ulla
Cuando arribaron a nuestras costas por primera vez, pudieron hacerles frente en las cercanas aguas del Faro Brigantium. Hombres de la talla de Ergica y Olmundo de Erice consiguieron rechazarlos, incluso acabaron incendiando gran número de sus naves. Fue esta una importante victoria, bien festejada por los supervivientes de las mesnadas allí reunidas. No sólo se consiguió la derrota y huida de los nórdicos, también trasladar sus razzias a las fronteras del califa andalusí.
En esos momentos el reino se sintió fuerte, infranqueable. Se había evitado la amenaza que acechaba a la población, los campos de labranza y templos. Pero este fue un gran error, el exceso de confianza y seguridad. Los sarracenos, nuestros enemigos en el Sur, conocieron de la crueldad de los guerreros venidos de las tierras heladas del Norte y se prepararon a conciencia para prevenir futuras incursiones. En cambio nosotros no lo hicimos y ahora han vuelto, una vez más.
Vikingos en el califato omeya de Córdoba
Año 858. Las naves vikingas de larga eslora, revestidas con redondos escudos y decoradas sus proas mediante imágenes de bestias infernales, volvían a arribar las costas de al-Andalus. En esta ocasión eran comandadas por dos jefes de gran reputación y prestigio: Bjorn Costado de Hierro y su hermano Hastein, ambos hijos del legendario rey vikingo Ragnar Lodbrok. Sus objetivos, los mismos que los del año 844 en tiempos del emir Abd al-Rahman II: atesorar todo el botón posible que se pusiera a su alcance y seguir acrecentando la estela de su fama.