Cerro de Castro. Burgo de Osma, Soria

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Tras el episodio de Pompeyo y la destrucción del asentamiento indígena, la población de Uxama pasará a convertirse en civitas stipendiaria, a causa, muy probablemente, de la resistencia demostrada contra Roma en el pasado. Pero supo resurgir de sus cenizas, beneficiarse de ese privilegiado emplazamiento con el que contaba y por el cual pasaban los trazados viarios más importantes del momento, además de continuar explotando sus fértiles y ricas tierras para el cultivo y los pastos.

Esta circunstancia provocará que, desde los primeros momentos, la comunidad indígena, representada por su élite como Andos Saigios y Baisarios Caltaigicos, buscara atraer el favor de los romanos presentando a la nueva ciudad como un claro ejemplo de culturización. Eso sí, la transición y el cambio del sentimiento celtíbero se irá completando paulatinamente. Los notables de Uxama tenían la decidida voluntad de constituirse en Colonia romana, tal y como ocurriera con otras ciudades del periodo como Augusta Emerita o Caesaraugusta, por citar algunos ejemplos.

Puede que este cambio drástico de mentalidad y la temprana adopción a la nueva cultura se viera favorecida por la dilatada experiencia comercial y su influencia con otros pueblos de diferente raigambre que de ellos recogió. Pero el caso es que Uxama no parece experimentar un declive como muchos de los pueblos celtíberos, sino que, por el contrario, se encaminó hacia una mayor prosperidad. En este sentido, puede que la celtibérica Contrebia Belaisca fuera un modelo a seguir, al igual que sucediera con la vecina Clunia, ciudades ambas que también abrazaron la cultura romana desde los primeros tiempos de conquista y hasta las cuales llegaron las relaciones comerciales de Uxama.

¿Cómo se pudo producir esa llamada de atención sobre la órbita romana? Lo que resulta innegable es que la ciudad arévaca, dentro de su concepción ancestral, fue un pueblo rico en producciones y mercado. Desde los primeros instantes de la influencia romana, empezó a emitir monedas de bronce, imprescindibles estas para sufragar los gastos repercutidos por la reestructuración urbanística que se debía acometer y que los evergetas completarían con total decisión. A finales del siglo I a.C., época augustea, se inicia la construcción del primer foro o plaza pública, cuya obra quedará acabada a inicios del reinado de Tiberio.

El primer forum sirvió para centralizar la edilicia pública, un espacio desde el cual confluirían las principales calles de la nueva reordenación: el decumanus y el cardo. Ubicado sobre una plataforma elevada y de planta rectangular, el foro fue perfectamente visible desde cualquier parte del viejo asentamiento arévaco. Además, quedó presidido por un templo dedicado al culto del emperador. Esta construcción monumental en cuestión, pensada para honrar a los Augustos, demuestra su temprana fidelización a Roma y a la Casa Imperial, así como la expresa voluntad de integración por parte de la élite.

Para lograr la sobreelevación artificial del espacio público fue preciso construir una serie de aterrazamientos y rellenos que permitieron el correcto asentamiento del edificio y del conjunto de ínsulas superpuestas. Es en el periodo tiberiano cuando la obra se refuerza con la construcción de un criptopórtico que se ubicará bajo el doble pórtico monumental que bordeó la plaza. Sus espacios resultantes serían aprovechados a modo de corredores, con funciones de pasillos a los que se accedían desde la calle, y de estancias internas para el almacenaje cuyos accesos quedaban en el propio foro.

Esta monumentalización del espacio público perduró durante toda la dinastía julio-claudia, justo hasta la llegada de los Flavios al trono imperial, lo que hace suponer que la población de Uxama buscó, incesantemente, el favor de un cambio de estatus jurídico-político, como ocurriera con otras ciudades hispanas en los reinados de Augusto y Tiberio, pero que, oficialmente, nunca llegó.

Durante la finalización del primer foro es cuando la ciudad alcanza un importante desarrollo económico. Como ya hemos comentado, el antiguo pueblo arévaco quedó inmerso dentro de una red de comunicaciones de primer orden, formando parte de la vía que uniría Asturica Augusta con Caesaraugusta, una de las principales arterias de la Península.

También seguirá conectada con los viejos asentamientos celtíberos a través de los antiguos pasos, ahora calzadas romanas, como es el caso de Termes. Por ejemplo, las relaciones comerciales con Clunia serán de lo más estrechas y fluidas, ciudad de la que adquiere gran influencia escultórica, artesanal e industrial. Llega a ser tan importante esta vía que conectaba Uxama con Clunia que, en el arranque de su calzada, se construirá la nueva necrópolis de la ciudad, lo que dejará en desuso la de tradición indígena.

Uxama experimentará una gran expansión urbana, ocupando toda la superficie del Cerro, con lo que dará lugar a la aparición de barrios periféricos de tipos artesanales e industriales. También en su extrarradio, entre el propio cerro y las zonas industriales, se construirán villas residenciales habitadas por la élite local dedicada a la explotación agrícola. En una de estas villas, algo alejada de Uxama, residieron familias como los Iulii Meduticorum a la que perteneció C. Iulius Labeo. También formaría parte de la misma gens Medutticos una mujer llamada Attilia, considerada como importante e influyente. Ambos personajes representan a la aristocracia indígena recién romanizada en el periodo de los julio-claudios.

Sobre las ruinas de las viejas viviendas arévacas se levantaron domus romanas de gran calidad y exquisita planta, porticando con columnas sus fachadas dentro del nuevo reordenamiento urbano. A lo largo del tiempo, estas nuevas viviendas irán sufriendo continuadas remodelaciones.

Y es con la llegada de Vespasiano al trono de Roma y la concesión generalizada de municipios, Ius Latii, cuando se traslada el foro a unos ciento treinta metros de distancia con respecto a la ubicación anterior; su espacio será aprovechado para la construcción de una prestigiosa domus residencial, pavimentada con bellos mosaicos y destinada a algún notable o personaje importante. Por otro lado, en la nueva plaza pública se construirá la Basílica.

Parece ser que el esfuerzo mantenido durante todos estos años, en relación al desarrollo económico y urbano experimentado por la ciudad, se verá finalmente gratificado. Hasta esos momentos Uxama no había logrado la condición de colonia, pero su enorme importancia e influencia en el entorno hizo que fuera considerada como oppidum civium romanorum adscrita a la tribu Galeria.

En su intento para la equiparación jurídica con otras colonias hispanas, por decreto del senado local, se erigió un monumento homenajeando a Germánico tras su fallecimiento. El Senado de Roma era quien dictaba las honras fúnebres de este personaje imperial, su luto oficial y los monumentos obligados a levantar en todas las colonias y municipios (se trataron de estatuas con relieves donde se narraban sus hazañas militares en el Rhin) En este sentido, Uxama quiso erigir un monumento fúnebre a Germánico siguiendo las normas oficiales, como si de un municipium más se tratase.

En el nuevo foro, la basílica fue realizada en sillería, pavimentada con losas de mármol y acabada su cabecera con forma absidial. Junto a ella, en la misma plaza pública, se construyó otro templo y fue precisamente en esta zona de la ciudad, bajo las calles porticadas, donde quedaron asentadas las nuevas taberenae e integradas perfectamente en la trama urbana.

¿Cuáles pudieron ser las causas que motivaron el cambio de emplazamiento del foro a los pocos años de quedar finalizada la construcción del anterior? Quizás la respuesta a esta cuestión debamos buscarla en las propias características geográficas de la ciudad; en su necesidad de abastecer de agua a una población que se había multiplicado y a la ornamentación y engalanamiento de su monumentalización. Es decir, fue preciso reservar todos los espacios posibles para la construcción de cisternas, como la necesidad así lo requería.

Como comentábamos en el artículo anterior, el oppidum arévaco de Uxama disfrutaba de una inmejorable posición en altura, emplazamiento desde el cual dominaba todo su territorio dependiente. Esta ventaja considerada a nivel defensivo, se tradujo en un verdadero problema para la ciudad en los periodos de monumentalización, cuando se inicia el desarrollo urbanístico y el pretendido cambio de estatuto. Resultaba imprescindible dotar a la ciudad de una infraestructura básica para el abastecimiento de aguas que alimentaran fuentes públicas y privadas, baños, mercados, talleres, molinos, etc.

El cerro ‘Alto del Castro’, donde se asienta la ciudad, aunque situado sobre el curso del río Usero junto a otros dos cauces fluviales, carecía de suministro directo de aguas. Su altura, que llegó a alcanzar cotas hasta de ciento diez metros por encima del río, se convirtió en un serio problema para el abastecimiento, cuya demanda, a priori, no se podía cubrir.

Entonces, ¿cómo pudo resolverse este dilema? Se optará por captar el agua a más de veinte kilómetros de distancia al norte de la ciudad, de un manantial (fuente de agua preferida) procedente de un acuífero localizado en la cabecera del río Usero en confluencia con el Lobos. En este lugar se construirá el caput aquae con el que se iniciaba el recorrido, aguas abajo, por la orilla derecha que era la más próxima a la ciudad.

A partir del brote natural, el agua circulaba a través de galerías rupestres, en parte de su recorrido, y por canales subterráneos, siempre manteniendo la pendiente requerida. En un tramo medio llenaba un pequeño embalse que sería utilizado para regar.

Una vez llegaba el cauce a Uxama, el agua era elevada mediante una noria o rueda hidráulica (tipo a la utilizada en las minas) para ser distribuida por la ciudad. Este sistema de elevación pudo estar basado en cadenas de bolas, unidas unas a otras, que al deslizarse rápidamente a través de un tubo vertical lograba sumergirse y arrastrar el agua hacia arriba. Un mulo o tiro de dos animales movería el ingenio.

La noria elevaba el caudal constante que recibía del acueducto y lo transportaba hacia un canal que desembocaba en un primer castellum divisorium de pequeño tamaño. Desde este punto se bifurcaría en dos ramales: uno que, mediante otro receptáculo con noria, repartiría el agua hacia un decantador subterráneo (de cinco cámaras y con planta en omega) alojado parte en la roca y parte embutido en el aterrazamiento. Su función sería la de limar o limpiar el agua arrastrada a través de su circuito integrado en las distintas bóvedas antes de enviar el cauce a las cisternas multicámaras.

En la parte más alta de la ciudad se construyó una gran cisterna de siete cámaras rectangulares, que actuó a modo de torre de distribución. A través de tuberías insertas en pequeños orificios se comunicaba una cisterna con otra, dirigiendo el cauce final a las fuentes repartidas por toda la ciudad, las termas, etc.

Un segundo ramal conectado al inicio de la noria llevaría agua, por gravedad, a un gran depósito de captación semicircular ubicado en el centro de la ciudad. Este castellum tenía la función de almacenaje y reparto del caudal recibido.

Puede que la red de distribución de aguas y el depósito de captación construido en el centro de la ciudad fuera, realmente, el motivo por el que se decidiera trasladar el primer foro a una ubicación distinta de la originaria, circunstancia que es bien entendida por las necesidades de abastecimiento de agua para la población y la monumentalización perseguida.

A principios del siglo III d.C., Uxama es citada en el Itinerario de Antonino como mansio situada en la vía romana número veintisiete, entre Voluce (en el entorno de Catalañazor) y Clunia. Es precisamente a mediados de este siglo cuando un devastador incendio destruye una de las domus principales cercana al área pública (la casa de los Plintos). Cambios políticos y de gran trascendencia se están produciendo en todo el Imperio que empiezan a ahogar el desarrollo de muchas de las ciudades en Hispania.

Debido a la inestabilidad que se vive en ese periodo y a la amenaza constante de las incursiones bárbaras venidas del Norte, Uxama, que nunca precisó de murallas, termina acordonando la ciudad.

Su población se redujo como en tantas otras partes del territorio. Las élites abandonaron la ciudad y los ciudadanos huyeron con ellos buscando alimentos que llevarse a la boca. Lo hacen en las villas explotación agrícola de la aristocracia donde trabajarán como verdaderos esclavos (pulsa aquí para conocer estos acontecimientos). Muchos de los edificios quedarán abandonados, en desuso; tampoco se invierte en su recuperación. Al construir la línea de murallas, cuya puerta será excavada directamente sobre la roca, gran parte de la arquitectura heredada quedará destruida necesariamente por la obra. Otras, como el caso de las termas públicas, simplemente serán abandonadas extramuros.

Uxama logró sobrevivir a la gran crisis que padeció el llamado Bajo Imperio. Aún en el siglo VI, durante el periodo visigodo, se detecta una vida bastante activa en la ciudad. Se ha podido constatar la asistencia de sus obispos en los Concilios de Toledo (sede episcopal Oxomensis, que ejerce ahora el control civil y religioso de su vasto territorio). Pero la rápida conquista musulmana en el siglo VIII, aprovechando la existencia aún de las antiguas calzadas romanas que comunicaban Termes con Uxama, obliga a su definitivo abandono hasta la nueva repoblación realizada por Alfonso I de León a principios del siglo X. Mientras esto suceda, los musulmanes ocuparán la antigua ciudad para establecer allí un punto de control y vigilancia de la frontera cristiana.

A partir de entonces, ya no se volverá a habitar aquel cerro protegido en altura, sino que se fundará en llano, a poca distancia del histórico asentamiento, un nuevo emplazamiento conocido como Osma. De esta forma entendemos mejor la deformación toponímica de Uxama, Oxama, Osama, Osma.

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Bibliografía:

• Paneles informativos del yacimiento e información del Centro de Visitantes
• Desarrollo urbano y promoción política de Uxama Argaela (Carmen García Merino)
• Avance al estudio del acueducto de Uxama (Carmen García Merino)
• Las cisternas y la elevación de agua del acueducto de Uxama (Carmen García Merino)

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