Santuario íbero-romano de Torreparedones. Baena, Córdoba
Daleninar se despertó antes de romper el alba; entre los picos montañosos del horizonte aún no asomaban los primeros rayos de luz. Su esposo dormía plácidamente sobre el jergón de paja seca acomodado en la estancia y las dos pequeñas parecían inmersas en sus dulces sueños infantiles.