Una propuesta para tu viaje a Roma

Basílica de San Clemente de Letrán

¿Tienes pensado viajar a la ‘Ciudad Eterna‘ en las próximas fechas? Siendo este tu destino elegido, sin duda la cultura y la historia han sido dos razones de peso a la hora de tomar tu decisión final. ¿Cierto?

Lo que intentaremos en este artículo será ofrecerte una propuesta para el conjunto de lugares que tienes pensados visitar durante tu estancia en la capital italiana. ¿Pero cómo?, ¿que vas a estar sólo un par de días y quieres aprovecharlos al máximo para moverte únicamente por los lugares más emblemáticos? ¡Guau!, el Coliseo, Palatino, Foros y museos, sin mencionar sus fantásticas plazas públicas, son todos impresionantes. Pero no te preocupes, pues no nos llevará mucho tiempo; si acaso una hora. Además, nos pilla muy cerquita del centro neurálgico, así que, cuando terminemos, puedes continuar con tu itinerario marcado sin problema alguno.

COLISEO

Coliseo, Roma.

Venga, si te interesa un viaje a través de la Historia y del tiempo, quedamos en el mismo Coliseo, porque en Roma todos los caminos llevan a las puertas del monumental anfiteatro. Sigue leyendo si te interesa, allí te espero.

Veo que finalmente te has decidido; la curiosidad ha podido contigo, ¿eh?. En tal caso, espero no decepcionarte. Mientras esperabas, habrás aprovechado para echar algunas fotos al Coliseo, los restos de la antigua calzada que aflora a sus pies y, como no, al impresionante Arco de Constantino junto a todos los detalles de su majestuoso relieve. Pero no perdamos más tiempo del necesario, debemos dirigirnos justo a espaldas del anfiteatro. En concreto a la vía Piazza del Colisseo por donde tienen parada las líneas de tranvía 3 y 8, así que rodearemos el enorme edificio histórico.

Una vez cruzado al otro lado, marcharemos por la Vía di S. Giovanni in Laterano. Si quieres, podemos hacer un breve inciso y deleitarlos un momento con los restos del Ludus Magnus, es decir, con lo que sería la Escuela de Gladiadores romana. Aunque este no sea nuestro destino, en una visita al Coliseo de Roma no puede faltar este lugar; sus restos están estrechamente relacionados con la monumental construcción histórica. Un consejo, cuando lances la fotografía, intenta buscar un plano que recoja ambos elementos históricos.

LUDUS MAGNUS

Ludus Magnus, antigua escuela de gladiadores a la espalda del Coliseo. Roma.

¿Listos?, pues sigamos. Lo que te quiero enseñar está sólo a tres minutos andando, siempre en línea recta sin abandonar la Vía di S. Giovanni. Ya te comenté que no nos alejaríamos mucho del epicentro cultural.

Por fin hemos llegado. Aquí la tienes, la Basílica de San Clemente de Letrán. ¿Cómo?, ¿qué te esperabas otra cosa? Jajaja. Sí, Roma está repleta de iglesias como esta. Pero te recomiendo que todavía no saques tus primeras conclusiones sólo contemplando su fachada, te puede engañar. Anda, entremos.

BASILICA DE SAN CLEMENTE DE LETRAN

Basílica de San Clemente de Letrán. Fachada en el interior de patio. Roma.

Este templo cristiano que podemos contemplar en la actualidad, llamémosle cariñosamente ‘primer nivel’, lo podríamos definir como ‘un sentimiento de la Roma medieval‘. A groso modo te comentaré que se trata de una basílica de principios del siglo XII y reconstruida desde sus cimientos después que la originaria fuera quemada y destruida durante los saqueos normandos perpetrados en la capital italiana en 1084 de la mano de Roberto de Hauteville, también conocido como Roberto Guiscardo.

Su acción devastadora propició que la antigua iglesia quedara abandonada, sepultada a cinco metros por debajo del nivel del suelo. Sobre sus restos se erigió, en el año 1108, el nuevo templo que hoy podemos disfrutar. Se levantó justo sobre la que sería la nave central de su antecesora.

ABSIDE BASILICA DE SAN CLEMENTE

Ábside de la actual Basílica de San Clemente de Letrán. En su centro, el altar. Roma.

Corría el año de 1.667 cuando los dominicos irlandeses, después que Inglaterra prohibiera la Iglesia Católica irlandesa y expulsara a todo su clero, fueron acogidos por el papa Urbano III, quien les proporcionó protección y refugio en San Clemente. A partir de entonces han sido ellos los encargados de velar por este templo de culto cristiano y quienes, en los años cuarenta del pasado siglo, realizaran las excavaciones en colaboración con los estudiantes de arqueología italianos. ¿He dicho excavaciones y arqueología? ¡Pero cómo te ha cambiado el gesto!

Y como sucediera en cualquier otra iglesia levantada en época del medievo, San Clemente, a lo largo de su extensa historia, ejecutará restauraciones que servirán para embellecerla con los mejores gustos de la época y procurando su cambio de imagen. Sintetizando al respecto: en 1.719 se levantó su nueva fachada, se tallaron los techos y quedó decorada la nave central. Todo a gusto del estilo barroco.

Sin detenernos demasiado en los detalles, te cito brevemente los principales atractivos que podemos encontrar en la planta superior de este ¿conjunto arqueológico?: Mosaico del ábside con vegetación en forma de espiral; la Capilla de Santa Catalina con frescos de principios del siglo XV; la Schola Cantorum de época medieval, pero con elementos tomados de la basílica paleocristiana; y el Atrio medieval que, según dicen, es el mejor conservado en Roma. Incluir también el altar sobre la tumba del mártir, elemento oficioso que custodia las reliquias de San Clemente y San Ignacio.

Pero sigamos nosotros con nuestra visita. No vayas a pensar que te he traído hasta aquí sólo para contemplar una iglesia de origen medieval, por muy bella que esta sea en su interior. Es imprescindible que ahora pasemos por taquilla y saquemos los tiquetes para visitar las excavaciones; rondan los diez euros por cabeza. Pensarás que son algo caras, aunque te garantizo que valen la pena gastarlos.

DESCENDIENDO AL SEGUNDO NIVEL

Descendiendo al segundo nivel de San Clemente: a la Basílica Paleocristiana. Basílica de San Clemente de Letrán, Roma.

Alrededor del año 1.857, el prior de San Clemente iniciaba los primeros trabajos de excavación bajo la actual iglesia. Bajo sus cimientos se hallaron los restos de la primitiva basílica que, como hacíamos referencia antes, fue abandonada y sepultada. Su datación se enmarca entre finales del siglo IV o principios del V d.C., momento posterior a que el antiguo cristianismo se convirtiera en la religión oficial de Roma.

DETALLE EN LOS MUROS

Detalle en los muros laterales de la Basílica Paleocristiana. Basílica de San Clemente de Letrán, Roma.

Se conoce que esta basílica paleocristiana excavada en el segundo nivel de San Clemente fue construida sobre otro templo anterior, pero en este caso de culto mitraico. Como ya comentaremos, fue este un rito de carácter mistérico oriental, al igual que también lo fueron el culto egipcio a Isis y Serapis y el frigio a Magna Mater-Cibeles y al dios Atis, que llegó a convertirse en verdadera amenaza para el cristianismo que empezaba a postularse en esas fechas. En este sentido cabe recordar aquella cita de Teodosio el Grande cuando, en el año 391 d.C., decretaba bajo su gobierno: «... nadie irá a los santuarios, paseará por los templos o elevará sus ojos a estatuas creadas por la obra del hombre.«.

De esta forma, los antiguos templos de culto al dios Mitra en Roma fueron todos clausurados y obligados a ser abandonados, convirtiéndose en criptas o cimientos, dependiendo el caso, de aquellas iglesias paleocristianas que se construyeron sobre el siglo V d.C.

ALTAR EN BASILICA PALEOCRISTIANA

Altar de San Cirilo en Basílica Paleocristiana. Basílica de San Letrán, Roma.

De la pequeña iglesia se sabe que sufrió una ampliación cuando se adquirieron otros edificios adyacentes, así como una ínsula colindante. Esta reforma sirvió para ordenar, finalmente, un conjunto de habitaciones junto a un patio. El ábside de la antigua iglesia se levantaría sobre el anterior santuario de época romana y la basílica dedicada a un cristiano que vivió y murió en el siglo I d.C.: San Clemente I, papa y mártir. Recordemos su leyenda para llegar a entender lo que a continuación veremos:

FRESCO MILAGRO EN EL MAR DE AZOV

Fresco del Milagro en el Mar de Azov. Pintura al fresco situada en el atrio de la Basílica Paleocristiana. Basílica de San Clemente, Roma.

«Parece ser que el emperador Trajano, debido a su sedición popular, desterró a Clemente al Quersoneso – actual península de Crimea – condenado a realizar trabajos forzados (antiguas canteras) junto a dos mil cristianos más. Durante su estancia en las canteras continuó con sus labores de misionero, convirtiendo y bautizando a muchos paganos, así como a obrar milagros entre los cristianos. Tal fue su relevancia que sus confesos acabaron erigiendo templos en el lugar. Estas noticias llegaron al emperador, quien dispuso otorgar amnistía a los cristianos. Para ello, Clemente solo tendría que realizar sacrificio a los dioses romanos, cuestión a la que se negó. Entonces, a causa de su desobediencia, se ordenó arrojarlo al Mar Negro, atado al cuello por una soga a un ancla, para que su cuerpo se hundiera en las profundidades y no se pudiera recuperar, a fin de no dejar venerar sus restos a modo de reliquias.«. Según sigue narrando esta leyenda, «Un ángel construyó un mausoleo en el fondo del mar, el cual emergía cada año entre las aguas, para que sus fieles pudieran venerarlo con facilidad.«.

EPISODIO DE SISINO

Misa de San Clemente o Episodio de Sisino. Se encuentra repleta de inscripciones en lengua vernácula. Son uno de los primeros testimonios históricos de que el idioma italiano se estaba gestando en ese momento.

Sigamos disfrutando con nuestro recorrido. En el interior de la antigua iglesia podemos deleitarnos con una de las mayores colecciones de pinturas murales de principios de la Edad Media que actualmente existen en Roma. Como a modo de exposición temática, sus distintos contenidos nos relatan la vida y leyenda de San Clemente: Milagro de la tumba de San Clemente (finales del siglo XI); Traslado del cuerpo de San Clemente (finales del siglo XI); Misa de San Clemente (finales del siglo XI), fresco en el que aparecen las primeras palabras escritas en italiano; o la Virgen Reina entre varios santos (siglo VIII).

Debemos de tener bien presente que este primitivo templo se configuró durante siglos como inspiración y modelo de los artistas y escultores de iglesias, motivo por el cual quedó tan ricamente decorado.

Bien, llegados a este punto de la visita puedes hacerte una idea hacia dónde nos dirigiremos ahora. Exacto, al tercer nivel del Santuario de San Clemente; al mismo lugar donde fueron encontrados el mitreo romano, su estancia de iniciación al culto y lo que ha sido interpretado como la Casa de Monedas de época Republicana. Nos espera un lugar frío y oscuro, a casi veinte metros por debajo del nivel del suelo. Nos adentramos en las entrañas mismas de la Antigua Roma.

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Accediendo al tercer nivel. Basílica de San Clemente, Roma.

Esta área al que accedemos ahora fue excavada en el 1.912, pero permaneció inaccesible durante unos cuarenta años debido a la filtración de aguas que se produjeron a través de sus paredes y que acabaron provocando la inundación de las tres estancias encontradas. El problema no quedó resuelto hasta que se consiguió desviar el agua hacia las antiguas canalizaciones de la Cloaca Máxima que pasan por detrás del Coliseo. La sensación de humedad no se ha perdido y el ruido del flujo acuífero es constante cuando se recorren sus pasillos; otro encanto más que tiene transitar por el subsuelo romano.

En un principio, la superficie que estamos pisando correspondería a unos terrenos situados en las proximidades del Esquilino, una de las siete colinas romanas. En el año 64 d.C. se produjo el gran incendio que, como sabes, fue aprovechado por el emperador Nerón para construir su villa de recreo Domus Aurea.

ESTRECHOS PASILLOS HACIA EL MITREO

Los estrechos pasillos que conducen al Mitreo del tercer nivel. Basílica de San Clemente de Letrán, Roma.

Al hilo de la leyenda de San Clemente que relatábamos antes, pero tratándose únicamente de puras conjeturas, el Santo fue testigo directo de la persecución llevada a cabo por Nerón en el año 64 a raíz del gran incendio originado en Roma, señalando a los antiguos cristianos como autores del mismo. La cuestión es que sobre ellos depositó todo su odio y rencor, ocultando de esta forma la verdadera autoría de la gran catástrofe; así por lo menos lo transmiten las fuentes cristianas. En este lapso de tiempo es cuando fallecen los principales pastores de la comunidad cristiana afincados en Roma: Pedro en el año 64, al inicio de las persecuciones, y Pablo en el 67. Clemente estará a la cabeza de la Iglesia de Roma en el año 95, ya durante la persecución de Domiciano.

Después del gran incendio, estos terrenos que anteriormente ocupaba el edificio industrial, y se desconoce el porqué, no fueron ocupados por la vasta extensión privada de la Domus Aurea. En ellos se levantará una Villae, la cual, según algunas fuentes, fue propiedad de un cónsul. En su interior se habilitó, bien escondida, una estancia a modo de cueva entre finales del siglo II e inicios del III d.C. Ahora nos toca recorrer los estrechos pasillos laberínticos, casi claustrofóbicos, hasta alcanzar el templo mistérico: el famoso Mitreo.

La villa fue levantada sobre una pendiente, por lo que algunas de sus salas quedaron excavadas dentro de la ladera rocosa, directamente bajo tierra. ¡Se trataba de la perfecta cueva! Ahora ya logramos entender el porqué de estos pasillos; fueron diseñados con la idea de comunicar la villa con el spelaeum, es decir, la cueva oculta.

MITREO DE SAN CLEMENTE

Mitreo en el tercer nivel de la Basílica de San Clemente de Letrán. Roma.

Este fue el punto de reunión de los fieles, el lugar donde se celebraban los correspondientes rituales y banquetes oportunos (pan y vino como en el rito cristiano) en honor al triunfo de Mitra. Como todos los mitreos, su espacio es el de una sala rectangular en cuyas paredes se disponen bancadas de piedra a ambos lados. Además, encontramos un nicho al fondo donde presidiría la imagen del dios y el ara en el centro con el relieve de la escena de Tauróctonos. Según el relato mítico, cuando Mitra llega a la cueva después de cargar con el toro sobre sus hombros (transitus), un cuervo enviado por el Sol le avisa que tiene que realizar el sacrificio y él, sujetando al animal, le clava un cuchillo. Es entonces cuando de la columna vertebral del toro emana trigo y vino de su sangre. Llegó entonces el perro que se alimentó del grano, el escorpión que se aferró a sus testículos y la serpiente.

En los laterales de este altar central aparecen, flanqueando al dios mistérico, las imágenes masculinas de Cautes y Cautopates sosteniendo una antorcha. Estos dos personajes son interpretados como la salida y puesta de sol dentro de la iconografía cósmica que envuelve a esta religión.

INTERIOR SALA DE LOS INICIADOS

Interior de la sala de los Iniciados. Basílica de San Clemente de Letrán, Roma.

Las prácticas mitraicas se iniciaron en Roma durante el siglo I a.C. Fueron muy populares entre los soldados, pero se difundió rápidamente por todas las escalas sociales durante los siglos III y IV d.C. Al principio se celebraban en cavernas naturales, pero, con el paso de los tiempos, se acabaron habilitando construcciones artificiales y oscuras con la que imitarlas. El mitraismo fue una religión de tipo iniciático, transmitida siempre oralmente y nunca dejando constancia escrita. Sus fieles quedaban obligados a mantener en secreto los rituales de culto y los iniciados no eran admitidos a los rituales hasta que no estaban suficientemente preparados.

Situada al fondo de un pasillo, y separada de la cueva, encontramos la sala que muy probablemente fue utilizada para la preparación del iniciado. En ella podemos distinguir, y de ahí su interpretación, los siete nichos considerados como las siete etapas a través de las cuales el iniciado debía pasar antes de serles transmitidos todos los secretos del mitraismo que se compartían en el spelaeum. Estos siete niveles de iniciación pudieron estar también relacionados con los siete planetas que se creía constituían la astronomía del momento: Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter y Saturno.

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Pasillos del tercer nivel en dirección a la Ceca Republicana. Basílica de San Clemente de Letrán, Roma.

El mitraismo nunca llegó a ser religión oficial, pero convivió perfectamente con ella hasta que el cristianismo se convirtió en la religión del Estado romano y acabó imponiéndose. Sería prohibida y perseguida, sus templos destruidos o convertidos en criptas bajo las nuevas basílicas paleocristianas que empezaron a construirse. Este fue el caso de San Clemente.

Continuando con nuestro recorrido a través de las distintas galerías subterráneas, daremos con una sala de bóvedas altas y decoración inusual. En un principio se creyó que podría tratarse de una estancia anexa a la antigua villa y que fuera utilizada a modo de patio o trastero. Pero sólo fue un error de interpretación. Después de su consiguiente estudio, se concluyó que correspondía a una Ceca del período republicano, la cual quedó destruida por un incendio (el del 64). Posteriormente, esta estancia sería reutilizada como parte de la villa.

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Ceca o Casa de la Moneda del periodo republicano. Basílica de San Clemente de Letrán, Roma.

Con esta última parada hemos llegado al final de nuestra visita; esperamos que hayáis podido disfrutar de este insólito lugar. Como hemos comprobado, una especie de máquina del tiempo que nos permite trasladarnos hacia distintos periodos de la Historia romana. No queremos darlo por concluido sin resaltar una última curiosidad de la Basílica de San Clemente de Letrán: aunque no os lo creáis, existe un cuarto nivel. Aquel que nos muestra cómo era este lugar antes del gran incendio. Es increíble, ¿no? La pena es que habrá que esperar todavía un tiempo para poder visitarlo ya que en la actualidad no se enseña.

Un saludo a todos.

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3 comentarios en “Una propuesta para tu viaje a Roma

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