Peña de los Gitanos en Montefrío. Granada
Dos referencias, una polémica. La Hiponova mencionada por Plinio el Viejo en su obra “Historia Natural” y la Iponoba de la “Geografía” de Estrabón. ¿Dónde quedó realmente emplazada esta ciudad? ¿En la Peña de los Gitanos localizada en el municipio granadino de Montefrío? O, por el contrario, ¿en el Cerro del Minguillar de Baena, Córdoba?
Contamos con la identificación realizada por Lafuente Alcántara en el siglo XIX, utilizada por distintos autores con posterioridad, en la que se apunta al yacimiento de los Castillejos en Montefrío como la Hiponova mencionada por los geógrafos clásicos. Pero también disponemos del hallazgo de una pieza labrada con la inscripción de Iponoba en el Minguillar. Parece ser que, al final, la balanza se decantó por la segunda hipótesis, cuestión que no resta ningún valor al carácter arqueológico y patrimonial de la primera.
Independientemente a esta controversia toponímica, el yacimiento y todo su entorno histórico que pasamos hoy a enseñaros es, cuanto menos, digno de visitar para cualquier amante de la naturaleza y de los legados patrimoniales que han perdurado hasta nuestros tiempos.
Plinio, en su “Historia Natural” (3, 10) nos informa: “Las poblaciones más conocidas en el interior, entre éste [el río Betis] y la costa son: Sérgida (nombrada como Augurina), Ulia (llamada Videncia), Urgao (como Alba), Ébora (conocida como Ceriale), Iliberri (como Florentini), Ilípula (llamada Laus), Artigi (denominada Lutense), Vesci (nombrada como Falencia), Singili, Ategua, Arialduno, Agla Menor, Bebro, Castra Vinaria, Cisimbrio, Hipo Nova, Ilurco, Osca, Ascua, Suelo, Unditano y Tucci Vieja, todas pertenecientes a la Bastetania que da al mar…” Por tanto, la Hiponova citada por Plinio quedaría encuadrada como ciudad íbero-romana situada dentro de las rutas comerciales que abastecían las poblaciones del interior desde las costas malacitanas.
Según narraron los autores clásicos, las huestes cartaginesas, derrotadas y diseminadas por todo el territorio granadino, se unieron para crear un frente de resistencia contra las tropas romanas. Esta fuerza púnica organizada in extremis fue comandada por un tal Colca. Realmente esta sería la única posibilidad que encontraron los cartagineses para defenderse del pretor Marco Elvio y sus legiones, llegando, incluso, a derrotar a las tropas de Cayo Sempronio.
Las legiones de la República Romana, comandadas por Cayo Sempronio, junto a las del general Cayo Flaminio, levantaron su campamento de campaña en el antiguo oppidum bastetano de Hiponova. En la zona denominada como Los Castillejos existió un importante asentamiento íbero en el que se ha constatado un complejo urbanístico correspondiente a este periodo.
Sería en torno al siglo II a.C. cuando se construyera su muralla defensiva. Nada más finalizada la obra, ésta quedo definida como un espacio de control obligatorio para el acceso al oppidum, independientemente del carácter de defensa que pudo tener en relación a los conflictos bélicos de esa época entre púnicos y romanos y en los que los habitantes del asentamiento se vieron inmersos.
El cordón murario dispuso de unos veintitrés metros de longitud, cerrando la parte oeste del antiguo poblado y ocupando la totalidad de la anchura resultante entre los dos cortados montañosos donde se había establecido el hábitat. Con este planteamiento se buscó el cerramiento del núcleo urbano, aprovechando las características naturales del terreno y el resguardo que le proporcionaba la propia muralla montañosa.
La obra defensiva también contó con dos torres rectangulares, de distinto tamaño cada una, con las que se buscó reforzar la zona central por la que se accedía al interior del recinto. Definiríamos el trazado urbanístico como un conjunto de calles perpendiculares, grandes viviendas y espacios al descubierto destinados a distintos usos.
El poblado íbero-romano construido en Los Castillejos continuará habitado entre los siglos II – I a.C., fecha a partir de la cual será abandonado y su población desplazada a otro espacio de este mismo entorno. Como resultado de las excavaciones realizadas y los distintos estudios llevados a cabo en el lugar, se halló un As procedente de Colonia Augusta Emerita. En el anverso de esta moneda se representa la imagen de una cabeza barbada y en el reverso, un sacerdote guiando una yunta en el acto simbólico de trazar los límites de esta ciudad en el momento de su fundación.
Además de ello, también se encontraron una serie de bronces datados en época Bajo Imperial. Porque tras las distintas crisis que sufrieron las grandes ciudades que constituían la actual Granada (Iliberri, Acci y Basti, entre otros), y al igual que sucediera en el resto del territorio peninsular para el periodo comprendido entre los siglos V y VI d.C., se produjo un éxodo masivo de la población hacia el campo. Esta nueva situación dará lugar a nuevas explotaciones rurales y a la consiguiente aparición de nuevos asentamientos humanos.
Los acontecimientos surgidos en los espacios rurales, también se reproducirán en las zonas altas de las montañas. Parece ser que, en este último caso, primará la necesidad de protección y/o defensa, posiblemente de amenazas, a la hora de decidir cuál será la nueva ubicación del poblado. O por lo menos así se puede desprender de los restos arqueológicos estudiados en el núcleo urbano visigodo de El Castillón.
Es indudable que sus gentes buscaron controlar, desde las alturas, el paso por este territorio. Su posición privilegiada era fácilmente defendible y, a la vez, permitía vigilar el tránsito de personas y mercancías que cruzaban por sus caminos la Vega de Granada y la Alta Andalucía.
El sitio fue habitado entre los siglos VII y X d.C. y sus habitantes se dedicaron, principalmente, a las actividades de la agricultura y la ganadería. Las áreas y viviendas que han sido excavadas en esta zona de la Peña de los Gitanos definen, de forma clara, dos calles paralelas con casas de planta irregular adosadas a la calzada. De los resultados de sus estudios se desprende que muchas de estas viviendas contaron con conducciones para la evacuación de las aguas de lluvia.
En relación al núcleo poblacional, se configuró una necrópolis justo en la falda occidental del cerro donde se instalaron los nuevos moradores. Sus tumbas incluyeron cistas rectangulares que se cubrieron con grandes losas planas.
La ausencia de superposición entre estas sepulturas ha hecho pensar en la posibilidad que, en un principio, las tumbas contaran con estelas o lápidas en sus cabeceras, lo que permitiría marcar o señalar los restos de sus difuntos.
Algunas de ellas fueron excavadas en la propia roca, por lo que estaríamos hablando de nichos antropomorfos utilizados en esta cultura. Aunque la necrópolis ha sido datada de época visigoda (lo que plantearía el inicio del asentamiento cercano al siglo VII d.C.), en el interior de sus sepulturas se han recuperado objetos con una datación comprendida entre los siglos VIII y X d.C., lo cual nos da una idea de hasta cuándo perduró la ocupación de la zona.
Como hemos ido viendo a lo largo de la presente publicación, el Cerro de los Gitanos, localizado en el municipio granadino de Montefrío, será testigo presencial de los distintos hábitats o asentamientos humanos desarrollados antes de la presencia árabe en esta parte del territorio andaluz y, por tanto, del abandono definitivo que tendrá lugar hacia la ocupación actual de la localidad. Los restos arqueológicos encontrados en la zona nos dan fe de los tres periodos históricos que se enmarcan dentro de su antigüedad: íbero, romano y visigodo.
Pero lo que sin duda hace más atractiva su visita es el maravilloso entorno natural en el que han quedado inmersas estas evidencias del pasado, este precioso legado. Sinceramente, tal y como hemos comentado en reiteradas ocasiones, un verdadero lujo para aquellos amantes de la naturaleza y la historia que disfrutan visitando estos puntos de interés y que no deben dejar pasar la oportunidad de acudir a ellas para disfrutar de nuestra cultura.
Un saludo.
Enlaces de interés:
- Para aquellos interesados en visitar la Peña de los Gitanos, aquí os dejo una ruta definida en Wikiloc de sumo interés para que os podáis orientar.
- Y para aquellos que deseen ver el reportaje fotográfico completo de Hiponova, aquí tenéis su enlace a Flickr.
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