Acinipo. Capítulo IV
En el desarrollo para la transformación del viejo oppidum mucho tuvieron que ver las élites tribales. Con la instauración del nuevo orden social romano, pronto vieron la posibilidad de seguir manteniendo su status de poder sobre el resto de la población indígena. Los jefes, soberanos y posibles príncipes pasaron a convertirse en cargos públicos municipales.
Fueron estos evergetas los más interesados en constatar sus intenciones sobre la ciudad, aunque para ello representara un alto coste financiero. Así quedó plasmado a modo de simbología edilicia, puesto que valía la pena tal sacrificio económico. Los beneficios sociales que le reportarían tales gastos serían aún más cuantiosos. Este fue el caso de las termas públicas.
A raíz del nuevo cambio social, muchos de los intereses surgidos se centraron en la construcción de los baños públicos de la ciudad, los cuales se levantaron, como ya se ha mencionado, en los espacios del recinto donde todavía existían algunas de las viejas viviendas nativas.
La elección del lugar no fue fruto del azar o la improvisación. Todo lo contrario, respondió a una cuestión meramente técnica. Era esta zona de la ciudad la que ofrecía un mayor caudal en el suministro de agua. Tanto era así que el futuro forum o plaza pública aledaño a estas instalaciones dependería también de su abastecimiento acuífero.
Para la captación de aguas se diseñó un depósito en el que se almacenaba el fluido natural procedente de una fuente situada bajo su base. A diferencia del resto de la obra pública, para la construcción de este castellum aquae fueron necesarios tanto conocimientos, como mano de obra especializada. Hay que indicar que, en esos momentos de la fundación, los nativos carecían de ambas especializaciones.
Una vez quedó despejado el solar de los restos de viviendas, se articuló su espacio en función de una gran palestra donde se practicarían los ejercicios físicos. A través de esta gran plataforma se accedía a cada una de las estancias con las que contaba inicialmente el edificio: frigidarium, tepidarium, caldarium, etc.
Las termas públicas no fueron más que un ejemplo de cómo el viejo oppidum se transformaba, rápidamente, en ciudad romana. Tal importancia llegó a alcanzar Acinipo en todo este territorio montañoso que, incluso, se le concedió derecho para la emisión de monedas; unas acuñaciones sobre metal en las que quedaban representadas un racimo de uva y unas espigas en clara alusión a la riqueza agraria de la que ya había empezado a disfrutar la ciudad.
Porque en esto fue en lo que se convirtió Acinipo tras la pax romana: una gran ciudad situada en una enorme meseta escalonada, protegida por tajos montañosos y robustas murallas. Un asentamiento rodeado de densos bosques de encinas y cubierto de fértiles tierras, propicias para la explotación agraria y la cría de ganado. Todo ello, junto a su excelente ubicación estratégica con el comercio de costa y el interior, contribuyeron al progreso de la ciudad. Nada que ver con la Acinipo en la que hoy languidecemos sus últimos habitantes.
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Te hemos perdido en Facebook tanto Rafael como yo. Saludos
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No se que ha pasado. Tal vez el tema del virus, aunque yo no llegué a abrirlo. Eliminé etiqueta y escribí comentario. Cuando he llegado no puedo acceder. Fb me dice que este nombre es para empresa o algo así. Que me conecte desde Pc y siga instrucciones. Mal royo. Lo veré desde casa. Desde movil imposible.
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