Una abundancia de recursos hídricos obtenidos por los ríos y afluentes de la zona, así como los buenos accesos a sus depósitos arcillosos, contribuyeron a la proliferación de este tipo de instalaciones dedicadas a la producción alfarera durante los siglos I y II d.C. Hornos excavados en el subsuelo, de cámara circular y parrillados, producían la cerámica común utilizada en la vida cotidiana de los habitantes de Singilia Barba y su ager dependiente.
Las producciones en Singilia Barba
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