Villa Romana en Torre de Benagalbón

Porque, sencillamente, no hay nada que enseñar.

Resulta que en el año 2003, tras las actuaciones arqueológicas realizadas en la localidad malagueña de Torre de Benagalbón, perteneciente al municipio del Rincón de la Victoria, aparecieron los restos de una suntuosa Villa Romana en un excelente estado de conservación.

Según noticias de esa fecha, los vestigios sacados a la luz de esta vivienda residencial, datada del siglo III d.C., corresponderían a espacios reservados de la pars urbana donde fueron encontradas dos habitaciones junto a tres de sus pasillos o corredores. Además, se excavaron estructuras relacionadas con su pars fructuaria compuestas por un área para la producción de salazones y otra que serviría de almacén. Independiente a estos elementos urbanísticos, y algo más alejados al punto de excavación principal, también fueron encontrados parte del complejo termal con los que el dominus o propietario de la villa disfrutaría de los placeres derivados de su acomodo y privilegiada posición.

Pero, de este impresionante descubrimiento, lo que más sorprendió fue tener ante los ojos trece impresionantes mosaicos de los cuales siete de ellos se encontraban en muy buen estado de conservación, además de una estatua con claras referencias a Baco.

En su momento se calificó el hallazgo de una enorme importancia y trascendencia, tanto a nivel arqueológico, como histórico. Con él se contribuía a mejorar la comprensión histórica del municipio en particular y de la provincia de Málaga en general; se había dado un paso de gigante para la cultura de la zona. Tal fue su repercusión que la Junta de Andalucía lo declaró Bien de Interés Cultural en el año 2008.

Gracias a ello, se empezó a hablar de la creación de un Centro de Interpretación y de la firma o acuerdo entre el Ayuntamiento con la Dirección General del Patrimonio. En él se comprometían a aportar la cantidad de 300.000 euros en conceptos de ayudas para la musealización del espacio cultural.

Ahora bien, desde la fecha de las actuaciones arqueológicas han pasado ya 12 años, 7 años desde que fuera declarado B.I.C. y 5 años desde que se garantizara el desembolso de unas ayudas. Pero si al día de hoy se acercan por la localidad de Torre de Benagalbón, lo único que contemplarán son las huellas profundas de un olvido premeditado y consentido. Comprobarán como nada de lo encontrado y prometido queda por admirar: ni bellos mosaicos con los que sentirse orgullosos en el municipio, ni Centro de Interpretación donde explicar a los escolares y a los que por allí asomen cuál fue la historia del lugar, ni nada de nada. Todo bien enterrado, olvidado. Eso sí, los restos de las promesas incumplidas patentes en la calle a modo de abandono.

Por supuesto que siempre se podrá alegar aquello de “los vestigios se encuentran tapados para su correcta conservación”, excusa sencilla para dejar pasar el tiempo y mirar hacia otro lado de la misma vergüenza que genera. Lo que nunca se afirmará es que no existe interés alguno por desenterrarlos y activar el interés cultural en el municipio.

Hoy, como todos los días, he vuelto a pasar por sus inmediaciones al circular por la N340. La única diferencia, que esta tarde llevaba encima mi cámara. Así, pues, me he detenido, he hecho de tripas corazón y he lanzado algunas fotos.

Debo de admitir que he tenido una sensación algo distinta y extraña, como si una burla o ironía se estuviese riendo de mí. Nada ha cambiado y el dantesco paisaje sigue ahí con sus vallas, su maleza silvestre y sus capas de no se qué cubriéndolo todo. Eso sí, flanqueando el perímetro circundante ondean los estandartes en vivos colores y con caras sonrientes de los últimos dirigentes municipales que andan solicitando, desesperadamente, mi voto para las próximas elecciones.

Cuando hace unas semanas le pregunté a un representante del último gobierno, a través de una red social, para cuándo la Villa Romana, puesto que no había leído nada en referencia a sus futuros proyectos, la respuesta que recibí fue “estamos esperando la respuesta del Ministerio de Fomento para subvención del 1.5% Cultural.” Claro que le volví a insistir preguntándole por el acuerdo firmado con D.G. Patrimonio y los 300.000 euros, a lo que muy cortésmente me contestó: “un incumplimiento más de la Junta. Hemos pedido 700.000 € para el proyecto y 200.000 el ayto.” Evidentemente, se trata de una respuesta predeterminada en el decálogo de un político, es decir, la culpa es del otro. Muy agradecido por su tiempo y dedicación me despedí con un último mensaje: “Mas de 10 años han pasado y nuestro patrimonio, legado de nuestra historia, olvidados. Saludos.”

A la señora que en las fechas de las excavaciones gobernaba el municipio, y que nuevamente se presenta como candidata a las elecciones, ni me he molestado en consultarle. Desde mi punto de vista ya quedó retratada para los anales cuando, en su día, garantizó que en los presupuestos aparecería la partida de 300.000 euros con los que acometer los trabajos para la construcción del Centro de Interpretación. Y lo mejor de todo: “…el centro de interpretación de la Villa Romana será una realidad en los próximos dos años… Desde el Ayuntamiento de Rincón de la Victoria se barajan dos propuestas, bien la puesta en valor de la villa mediante una exhibición a través de cristales de metacrilato o una exposición de los restos arqueológicos al aire libre que se pueda visitar paseando por pasarelas.”

En definitiva, para todas aquellas personas, amantes de la cultura y la historia, interesadas en visitar el yacimiento de esta localidad, y que se encuentren documentándose al respecto, permítanme que hoy no les muestre nada porque, sencillamente, no hay nada que enseñar.

Para aquellos interesados, la villa romana de Torre de Benagalbón formaba parte del conjunto de villas marítimas situadas en el litoral malagueño entre el puerto de Malaca y la mansio de Caviclum en Torrox Costa (pulsa aquí para visitarla), siendo un fondeadero dentro de la ruta comercial de cabotaje que se practicaba en estas aguas.

Saludos.