Alameda, Málaga
En la calzada que recorría Hispalis y Anticaria, muy próxima a Ostippo (para leer el artículo relacionado con el asentamiento de Astapa, pulsa aquí), el Anonymo Ravennate identifica una civitas como con el nombre Urgapa y a la que tradicionalmente se le ha venido a referir como mansio viaria de Urgapa o complejo termal de Alameda (provincia de Málaga)
En las siguientes líneas intentaremos describir la historia de esta ciudad romana a través de los distintos datos de los que actualmente se disponen, producto de las investigaciones llevadas a cabo hasta la fecha y ya publicadas.
Los primeros moradores atestiguados en estas tierras fueron de época Calcolítica (Edad del Cobre), cuyo asentamiento pudo estar constituido por cabañas circulares (u ovaladas) de paredes y techumbres fabricadas a base de ramajes y barro, muy propias de esta cultura.
De estas primitivas viviendas únicamente nos han llegado sus sótanos, es decir, los espacios excavados bajo los suelos y directamente sobre la roca, que estarían destinados a distintos usos para el almacenaje.
Puede que la intención inicial de tales habitáculos fuese el almacenamiento subterráneo de aguas a modo de aljibes (se han documentado conexiones por canales de superficie entre ellos). Lo que sí es cierto es que, con el tiempo, fueron reutilizados como silos: almacenes para guardar el grano, carnes curadas y saladas, herramientas y todo tipo de enseres que pudiera utilizar esta población y las venideras, puesto que su reutilización perduró hasta época postimperial.
De las culturas y pueblos que pudieron habitar estas tierras con posterioridad, y antes de la llegada de Roma, no ha quedado constancia alguna. Tan sólo se puede deducir, por el testimonio de la epigrafía hallada, que los pobladores del muy probable antiguo oppidum ibérico se adscribieron a la tribu Quirina cuando éste promocionó, ya en época Flavia, al status de municipio con derecho latino. Según esto, la nueva condición situaría a sus ciudadanos en un nivel de privilegio mayor con al resto de enclaves próximos.
Pero, ¿fue realmente Urgapa una mansio viaria como se indica en el Anonymo Ravennate? Es más, ¿se trata la Alameda actual de la antigua Urgapa?
Lo que no ha dado a duda alguna es que en la localidad malagueña de Alameda existió una población romana, documentada entre los siglos I y IV d.C, y que en época Flavia se benefició con la ius latii de Vespasiano, promocionándose como municipio de derecho latino.
Los restos excavados han sacado a la luz un complejo termal y los vestigios de lo que pudiera ser un edificio público. Si es así, ambos elementos quedarían integrados en la distribución propia de un forum o plaza pública de una ciudad romana, en los que a su alrededor estaría el aedes o centros de culto, la curia o edificio para el gobierno municipal, la basílica donde se celebrarían los juicios, el macellum, las tabernae, etc. Toda la vida política y pública de la ciudad giraría en torno a esta plaza.
Siguiendo esta línea de investigación y dando mayor precisión a la hipótesis, nuevamente gracias a la epigrafía encontrada, nos podemos hacer una ligera idea de los edificios y monumentos que en esta supuesta civitas pudieron existir. Así tenemos a un ciudadano de nombre Licinius, hijo de Gaius, que realiza una dedicatio a Hércules Primigenio; el acto evergético de Caius Licinius Flavinus que consistió en dedicar a la diosa egipcia Isis una fuente y una aedícula o templo; Quintus Memmius Niger levantó en los terrenos de su propiedad dos estatuas; y Caius Memmius Rufus erigió también dos estatuas.
En relación a los restos del supuesto edificio público, por desgracia, no se ha conseguido identificar claramente su función. Presenta una planta rectangular con un espacio central, el cual dispondría de una especie de estanque alargado. Alrededor de esta superficie se distribuyen una serie de estancias.
La parte del edificio que podemos contemplar desde la zona baja de la terraza, donde se asienta, destaca por el uso casi exclusivo de los sillares utilizados en la construcción. Esta podría ser una importante habitación. En cambio, los pilares que aparecen regularmente en su interior, con los que se adaptan al mismo desnivel, sería el sistema de apoyo de dicha obra y con lo que se obtendría un espacio resultante a modo de cripta. En definitiva, el edificio de carácter público pudiera haber tenido funciones sacras o administrativas.
La parte superior de este edificio fue ocupada, posteriormente, por las termas que presentaban una cabecera en ábside de dos o tres unidades. De estas instalaciones termales podremos contemplar varios hypocastum con sus característicos pilares de ladrillos, pudiéndose distinguir también las salas principales del frigidarium y caldarium.
Aparte de los edificios públicos y los silos que componen el yacimiento de Alameda, existen otros restos de gran interés e importancia que vieron la luz cuando se estudiaron las excavaciones. Nos referimos a unas piletas rectangulares amplias que podrían formar parte de las zonas productivas de otro espacio o edificio independiente.
Exactamente son tres piletas con orientación distinta al resto de estructuras encontradas y de las cuales dos estaban conectadas entre sí. Pudieron estar destinadas para contener líquidos, lo que apunta a ciertas actividades oleícolas o vinícolas, a modo de balsas de decantación, e incluso dedicadas para el riego de los jardines que pudieran haber existido.
También se halló una pileta o labrum utilizado para el procesado de aceite.
Después de haber realizado este breve resumen del Complejo Termal de la Alameda, nos caben las siguientes cuestiones: ¿estaríamos hablando de mansio de Urgapa tal y como nombra el Anonymo Ravennate y como se le viene refiriendo en la actualidad? Si no fuese Urgapa, ¿queda pendiente esta ciudad por ser descubierta?
Entre las hipótesis que se han barajado hasta la fecha, los restos romanos de Alameda también podrían ser los de la ciudad romana de Ad Gemellas. ¿Quién sabe? Lo que está claro es que mientras no continúen los estudios, no podremos dar respuestas a tales incógnitas.
Saludos.