5 de febrero de 1964. En el transcurso de las excavaciones llevadas a cabo en un edificio que quedará levantado a las afueras de la ciudad de Roma, en la zona denominada como Via Cassia Grottarossa, sale a la luz el hallazgo de un precioso y delicado sarcófago enterrado a cinco metros de profundidad. Tras retirar su tapa, un suave olor perfumado invade a los allí presentes. En su interior se descubre el cuerpo momificado de una niña de entre ocho y diez años en perfecto estado de conservación. Automáticamente, los trabajos constructivos quedan paralizados. La comunidad científica es avisada y cuando llega al lugar del descubrimiento, queda sobrecogida ante tan impresionante hallazgo.
Este es el resumen del resultado de las investigaciones practicadas hasta el momento sobre la Momia de Grottarossa.