Castellum Aquae en el Conventus Gaditanus
Poco o casi nada conocemos de este asentamiento de origen turdetano que sirvió de base para una posterior ocupación romana desde época republicana (siglos II-I a.C.) y a los que algunos autores han querido identificar, a partir de un texto de Ptolomeo y sin apenas rigor científico, con la antigua ciudad de Calduba.
Situado sobre un cerro en plena Sierra de Aznar (término municipal de Arcos de la Frontera, Cádiz) y formando parte de la “Ruta Arqueológica de los Pueblos Blancos”, aún perduran los restos hoy visibles de un asentamiento romano que, por su vinculación al agua, lo hacen único e inigualable en el territorio andaluz.
Los vestigios allí encontrados van a cubrir tres periodos bien distintos: en un primer lugar, aunque con mayor ausencia, restos atribuibles a la edad del Bronce Final. A continuación, siendo los más palpables cuando se recorren sus laderas pobladas de acebuches, restos de un poblamiento íbero-romano (entendiendo a este último tanto republicano, como imperial) donde murallas, estructuras vinculadas al hábitat de la ciudad, necrópolis y cisternas o aljibes internos en la ciudad se insertan dentro de todo su entorno natural. Por último, y como consecuencia de la adaptación al medio, huellas de un poblamiento almohade (siglo XII y XIII) que acondicionará el asentamiento en provecho de las necesidades de su tiempo.
Ahora bien, lo que por encima de todo destaca de esta ciudad romana y yacimiento, a la que también hemos querido distinguir con el nombre de Calduba, es su enorme complejo hidráulico con el que se abastecía de agua su población. Sobre la ladera Oeste del cerro, donde veremos asentado el recinto, podremos contemplar la monumentalidad de un Castellum Aquae y los restos de la muralla que lo circundaba.
Las estructuras que definen el Castellum Aquae de Sierra de Aznar consisten, básicamente, en cinco grandes niveles escalonados. Aprovechando el desnivel del terreno se construyeron grandes depósitos y sumideros de agua natural con la que se pudo definir la amplia red que suministraría el elemento líquido. Esta enorme cantidad de agua almacenada permitiría, tal y como están apuntando las últimas teorías, el abastecimiento de otras ciudades más distanciadas. Una de ellas sería Gades que, por medio de uno de los ramales, aportaría agua al acueducto que partía del Tempul.
Situada en la parte más alta del Castellum Aquae se localiza la cisterna de captación o Caput Aquae, llamada por los lugareños “Baño de la Reina”. Esta enorme cisterna, parte de la cual fue tallada directamente sobre la roca, tenía como objeto recoger y almacenar el agua procedente de los manantiales cercanos.
En su muro occidental se encuentra el recodo por donde descendería, a modo de cascada, el agua que brotaba de los manantiales dispuestos en la parte superior del cerro. Se ha calculado que su capacidad de almacenamiento llegó, aproximadamente, hasta los dos millones de litros de agua.
A continuación, el agua de esta cisterna superior pasaba a un nuevo depósito, la denominada como cisterna de decantación o Piscinae Limariae, que queda situada en el escalón intermedio. Esta nueva cisterna formada por un conjunto de diez cámaras, abovedadas inicialmente y comunicadas entre sí, era la encargada de limpiar las aguas que procedían de la cisterna de captación. Es decir, hacía las funciones de depuradora.
A la vez, esta cisterna también tenía como objeto frenar la presión soportada por la canalización que unía a una estructura con otra.
Aparte de las diez cámaras, y en un sentido transversal con respecto a la piscinae limariae, se localizan dos cámaras más. Estas quedan comunicadas a través de unas tuberías de plomo y tenían las funciones de aliviaderos a modo de registros.
Por último, el agua era transportada hasta la cisterna de distribución o terminal. Próxima a la de decantación, esta última piscina almacenaba y distribuía las aguas a las ciudades por medio del acueducto situado justo en su extremo.
En las proximidades de la cisterna terminal podemos encontrar los restos del muro interior de la ciudad que rodeaba y protegía todo el complejo del Castellum Aquae.
Pasear por el entorno del cerro y disfrutar de esta monumental ingeniería romana es, sin lugar a dudas, una experiencia inigualable e inolvidable. Como decíamos al principio, al día de hoy se han llevado a cabo muy pocos estudios de investigación sobre esta ciudad romana. Y, aunque en su momento se puso en valor el yacimiento (centro de interpretación, definición de la ruta y cartelería), desgraciadamente, en la actualidad lo encontraremos completamente abandonado.
Para todos los interesados en este yacimiento, aquí os dejo el enlace del álbum de Flickr donde iré subiendo en los próximos días el proyecto fotográfico completo.
Saludos.