Situados extramuros, nos encontramos a punto de acceder a Baelo por la monumental puerta oriental, aquella que comunica su calzada con la importante Carteia. Antes de mezclarnos entre la población y sentir el bullicio diario que se respira en esta ciudad portuaria, tal vez sea buen momento para comentar sus arcuationes y comprender como llega el suministro de agua hasta ella.
Aunque pueda parecer increíble, las domus medias de Baelo no disponen de agua corriente. Los habitantes, en sus quehaceres cotidianos, se ven obligados a transportarla en ánforas desde las fuentes financiadas por la élite local o desde los diversos pozos excavados directamente en la superficie del terreno.
Ahora bien, una cosa es el suministro directo a las viviendas de esta población y otra bien distinta es el abastecimiento necesario para el mantenimiento de las pesquerías y la producción de salsamenta y garum.
Son tres los acueductos que conducen las aguas dulces desde los manantiales cercanos hasta la ciudad de Baelo Claudia. Dos de ellos lo hacen por la cara occidental del recinto murario y un tercero, el más importante, a través de la muralla oriental y muy cerca de dónde ahora nos encontramos.
Los dos acueductos que suministran agua por la muralla oeste, lo hacen desde los manantiales situados en las proximidades del antiguo asentamiento pre fundacional (yacimiento Silla del Papa)
Uno de ellos realiza la decantación mediante la construcción de unos aljibes circulares, siendo elevado el número de pozos construidos para conseguir frenar la fuerza de la corriente proveniente de las laderas de la sierra. Rebasado el lienzo de muralla occidental, el agua es almacenada en nuevos pozos y aljibes.
El otro acueducto, cuyas aguas también provienen de los manantiales cercanos al viejo oppidum, fue construido para surtir, sobre todo, la parte baja de la ciudad. A través de él se suministran de agua las distintas termas levantadas en esta zona, tanto las situadas en los espacios del suburbium marítimo como la ubicada intra moenia y próxima a la puerta que parte hacia Gades. Pero, sobre todo, su abastecimiento está destinado a las cetariae de las instalaciones industriales (despiece y limpieza de las capturas marinas) y las domus señoriales construidas en esta parte de la ciudad.
Por último, Baelo cuenta con un tercer aquaeductus, el más importante de la ciudad y el que mayor caudal diario aporta.
Para su obra fue preciso construir unas arquerías que permitieran elevar la corriente de agua, siempre al descubierto, desde los manantiales localizados en las montañas del Este hasta el castellum aquae situado en el centro de la ciudad. Su recorrido es prácticamente paralelo a la costa.
Una vez es almacenado el fluido vital en el depósito principal, el agua es decantada para, a continuación, distribuirla a través de tuberías de plomo subterráneas.