Yacimiento la Silla del Papa (Tarifa, Cádiz)

En artículos anteriores proponíamos como teoría fundacional de la ciudad romana de Baelo Claudia (en nuestro caso, refundación) el posible desplazamiento humano que pudo existir, a los inicios de época imperial, desde el oppidum bástulo-púnico situado en el interior (denominado actualmente como Yacimiento Silla del Papa) hacia la costa.

En la presente publicación, y a modo de contenido adicional, señalaremos cuáles han sido las líneas de investigación llevadas a cabo hasta la fecha e indicaremos aquellas referencias más importantes para todo aquel, amante de la naturaleza y los restos arqueológicos, que decida acercarse a visitar este impresionante lugar.

La primera referencia que deberemos de tomar si queremos visitar el yacimiento arqueológico La Silla del Papa es la coordenada 36.094973, -5.786587 (expresada para Google Maps), es decir, yendo al Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia, seguimos hacia delante, sin detenernos y por la misma carretera, hasta llegar al cruce indicado. Esta intersección de caminos es más importante de lo que pueda parecer en un principio. Volveremos a ella más adelante.

Comentábamos en la anterior publicación que, por un lado, tenemos la ciudad hispanorromana de Baelo Claudia y, por otro, el oppidum de la Silla del Papa. Uno situado en la costa y otro en el punto más alto de la sierra. Ambos separados, únicamente, por algo más de seis kilómetros de distancia (casi cuatro de las antiguas millas romanas)

Independientemente a la fuente literaria escrita y editada hasta la fecha, en la actualidad no han aparecido en la ciudad de Baelo Claudia restos ni vestigios correspondientes a periodos anteriores a la época Augustea (últimas dos décadas del siglo I a.C.) Tan sólo, una factoría de salazones que pudo estar activa entre el último tercio del siglo II y, más o menos, la segunda mitad del siglo I a.C. Aparte de ello, nada más.

Por otro lado, y a tan sólo a cuatro millas de distancia, tenemos la clara definición de un asentamiento humano que se inicia en la época del Hierro y que permanece habitado durante los siglos sucesorios llegando a conocer las distintas culturas bástula, fenicia y cartaginesa; así hasta llegar a la época de la República. Y es justamente en este último periodo, en su tramo final, cuando se pierde toda evidencia o testimonio en función de los restos encontrados. Por tanto, podemos deducir, a priori, que es durante el final de la época republicana romana cuando el poblado es definitivamente abandonado.

En conclusión: entre el abandono de uno y la fundación del otro existe una coincidencia cronológica demasiado evidente como para no tenerla en cuenta.

Llegados al cruce, lo mejor es continuar hacia el Norte (en nuestro caso, no tomaremos el camino de la izquierda) hasta pasar por las proximidades de una Quesería y antes de encontrar el siguiente desvío (Coordenada: 36.113038, -5.765044) En este punto podremos estacionar el vehículo sin problemas y continuar andando por el camino que se bifurca a la izquierda. De esta forma, disfrutaremos del paisaje hasta alcanzar la zona de los repetidores (coordenada: 36.12444, -5.764353), la cual corresponde a nuestro destino.

Es importante tomar siempre esta bifurcación de la izquierda. Si continuásemos por el camino recto, acabaríamos pasando por las faldas del cerro y alejándonos del yacimiento.

Después de subir toda la pendiente que conduce este camino, toparemos con la cancela que da acceso al recinto de antenas y en él, nuestro yacimiento. Atención aquí que podemos encontrarnos con animales sueltos. Y cuando digo animales me refiero a los de la clase bovina.

El primer objetivo de todo aquél que llega a lo más alto de este cerro es intentar localizar el punto de interés que le da nombre al yacimiento: La Silla del Papa. Para encontrarla, tendréis que tomar como referencia uno de los repetidores. En concreto, aquel levantado directamente sobre la roca en su parte alta. Esta sería la zona pública del oppidum donde se construyera algún tipo de edificio o templo.

Desde las alturas que confiere la Silla del Papa, el lugar más elevado, es cuando tendréis esa sensación de controlar todo el territorio desde su cara interior y entenderéis la importancia del lugar para sus antiguos moradores.

Pero que las ganas de encontrarlo y divisar sus vistas no hagan perderos los detalles del entorno. Justo en uno de los laterales de acceso a este promontorio rocoso, a sus pies, encontraremos restos de una vivienda que ha sido limpiada en las recientes investigaciones y, a su lado, la escalera tallada en roca. Descendiendo un poco hallaréis el famoso petroglifo grabado sobre el suelo en la propia piedra. Se dan estos detalles porque puede ser que la hojarasca lo oculte y pase desapercibido.

Aparte del petroglifo ya mencionado y de la ansiada Silla del Papa, lo que más llama la atención de este yacimiento son los restos de las construcciones que podemos encontrar sobre las propias paredes rocosas que conforman la calle principal del asentamiento. Como indicábamos al inicio, todos ellos comprendidos desde el asentamiento inicial del oppidum hasta la última restructuración urbanística llevada a cabo en época republicana.

Una vez que alcancemos los restos de una estructura urbana en mitad de la calle principal del poblado, nuestra vista no hará otra cosa que recorrer cada una de las esquinas de las paredes montañosas en busca de la multitud de restos que han perdurado hasta nuestros tiempos: peldaños de escaleras labrados en roca, agujeros o mechinales donde quedarían insertadas las vigas que sustentarían las plantas superiores de las viviendas, canalizaciones para el desvío de aguas de la propia vivienda también en la propia roca, restos de las dependencias extraídas de la piedra natural y así un conjunto de detalles que nos obligan a revisar, detalladamente, cada afloramiento rocoso a la búsqueda de los detalles de estas viviendas rupestres.

De esta forma iremos recorriendo la totalidad de la calle, ladera abajo, a la búsqueda de cualquier signo arqueológico posible y siempre pisando un huerto de restos pétreos procedentes de las construcciones urbanísticas del lugar.

Pero los estudios llevados a cabo en el yacimiento La Silla del Papa no se han limitado, exclusivamente, a la evaluación de la distribución urbanística del asentamiento. Con las excavaciones practicadas se han obtenido restos de cerámica común indígena, fenicia y púnica. Cabe resaltar además que con el hallazgo de las bases de una supuesta torre de defensa republicana se ha notado que su técnica constructiva es idéntica a la empleada en la Puerta de Carteia de la ciudad hispanorromana de Baelo Claudia, es decir, fueron levantadas con idénticos conocimientos. En definitiva, constatamos en este yacimiento las evidencias que aún no han sido registradas hasta la fecha en dicha ciudad romana.

Sigamos con nuestro concepto de la población indígena en este territorio y su traslado de asentamiento. Otro de los elementos destacables que podemos encontrar en el lugar, fuera de las murallas de Baelo Claudia y abandonado el oppidum de Silla del Papa, es una nueva escalera tallada en roca que podemos localizar próximo al yacimiento de Baelo.

En este punto en el que nos encontramos es imprescindible retomar una coordenada que indicamos al principio: aquella que hacía referencia al primer cruce antes de subir al yacimiento (36.094973, -5.786587) Cuando lleguemos a ella, en lugar de dirigirnos hacia el Parque Arqueológico, dejaremos nuestro vehículo en dicha bifurcación y a unos cuantos metros hacia la derecha, mirando a la costa, podremos comprobar otro vestigio de este pueblo. (Este mismo camino, si lo seguimos, nos llevará también al yacimiento de Silla del Papa, dando un rodeo, pero con el aliciente de que pasaremos justo por debajo de la denominada Cueva del Moro)

Su aspecto y técnica constructiva es completamente análogo al que hemos podido ver en el antiguo oppidum, es decir, unas escaleras labradas en roca que podrían permitir el acceso a algún tipo de templo u otro edificio de carácter público (por supuesto que el edificio en sí habría estado fabricado con material perecedero y fue aprovechada la roca para construirlo en altura)

Consideramos que un edificio tan importante nunca permanecería alejado del poblado, es decir, lo lógico es que se encontrara en sus inmediaciones y no retirado. En cambio, la sensación es que nos estamos acercando a la costa y no a la parte alta de la sierra.

Cuando uno decide ir a visitar el Parque Arqueológico de Baelo Claudia, siempre tiene la idea preconcebida de que recorrerá las calles de esta antigua ciudad romana junto a sus edificios que han perdurado con el paso del tiempo. En cambio, una de las cosas que yo he aprendido en mis innumerables visitas es que Baelo no termina en los límites de sus murallas, hay mucho más. Ejemplo de ello, como hemos visto, el yacimiento Silla del Papa, las escaleras grabadas en roca próximas a ella. A continuación veremos un tercer elemento.

Volvemos a nuestro vehículo y nos dirigimos hacia la zona de aparcamientos que se encuentra en la misma la línea de playa antes de llegar al yacimiento arqueológico. En este lugar dejaremos el coche y marcharemos dirección a las dunas.

En la denominada Punta de Camarinal, y sin ninguna dificultad, daremos con los vestigios de unas tumbas antropoformas. Se desconoce la época a la que pertenecen, pero, encontrándose extra muros de la ciudad y no muy distanciadas de las escaleras del templo anterior (dirección Sur-Norte), podrían tratarse perfectamente de la época en la que la población ya se ha asentado.

Las tumbas antropoformas pudieron ser utilizadas como espacio de secado de los difuntos antes de ser enterrados definitivamente en otro lugar. Las teorías sobre ello son vagas y parcas, puesto que nunca se han encontrado testimonio en ellas o ajuares.

Para localizar las tumbas antropoformas de Punta Camarinal, una vez que estemos en la zona rocosa junto a las dunas, pasar el nicho de ametralladoras correspondiente a la Guerra Civil. Se encuentran antes de llegar a las antiguas canteras de Baelo (de esta ya hablaremos en posteriores artículos) y se ven fácilmente.

Para finalizar nuestro recorrido sobre la comprensión de los primeros habitantes que bajaron a la costa y refundaron la ciudad romana, es importante que, ahora sí, vayamos al Parque Arqueológico.

Formando parte de las piezas del museo, hay una en cuestión que es de gran importancia para todo lo contado hasta ahora. Nos estamos refiriendo a los Muñecos antropomorfos o Betilos datados entre los siglos I – III y fabricados en el mismo tipo de piedra (Calcarenite fosilífera) con los que se construyeron muchos de los elementos arquitectónicos de la antigua ciudad.

Son importantes estas piezas porque, a priori, podríamos considerar que los antiguos habitantes del oppidum bástulo-púnico, cuando fueron obligados a bajar a la costa, siguieron manteniendo sus antiguas costumbres y tradiciones indígenas hasta romanizarse definitivamente.

Bien, con esta última indicación damos por concluido el presente artículo. Espero no haberme extendido demasiado, pero no quería dejarme nada en el tintero. En tal caso, tan sólo me resta deciros que: Bienvenidos a la ciudad hispanorromana de Baelo Claudia.

Para todos aquellos interesados en visitar el yacimiento de la Silla del Papa, aquí os dejo enlace del álbum de Flickr donde iremos subiendo el proyecto fotográfico completo.

Gracias.

Nota: Estimado amigo Paco. Si alguna vez lees estas palabras, que seguro que lo harás, decirte que, por desgracia, no puede encontrar la antigua fuente o manantial de la Silla del Papa con la que se aprovisionaban de agua en el poblado. Sigo pensando que estaba hacia el Norte, pero el terreno se encontraba muy accidentado y empezaba a pegar fuerte el sol. Tuve que administrar el tiempo y las energías si quería encontrar a tiempo el otro resto arqueológico a las afueras de Baelo. Por supuesto que en este último caso lo hallé, pero ya lo enseñaré en futuros artículos. Recuerdos a Ana, Marisa y Miguel Ángel.

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