No hay nada como pasar un día de domingo con la familia o amigos recorriendo los entornos naturales de nuestras localidades y descubrir que, por muchas de sus rutas, aún se pueden encontrar vestigios de un asentamiento humano abandonado tiempo atrás. Normalmente, cuando lo descubrimos, nos invade esa una humana sensación de descubrir un gran tesoro y reflexionar sobre nuestro hallazgo. En esos momentos entendemos que hubo gente viviendo en ese lugar tiempo atrás, huellas de un antiguo asentamiento, y nosotros no somos los primeros en llegar.
Aunque no lo creamos, aún podemos dar con algunos de estos restos arqueológicos, los cuales, envueltos en los paisajes de nuestros montes, lo dotan de un mayor valor si cabe. Arqueología y naturaleza es la mejor combinación para vivir, entender y sentir nuestra historia.
– Mausoleo de Llanes en Cuenca
– Los Baños de la Hedionda. Casares, Málaga
– Castro de Borrenes (El Bierzo, León): Un ejemplo de la llegada de las tropas romanas
– Castellum de Santillán (Mollina, Málaga): Una más que probable granja fortificada.
– Miliarios en la Vía Nova (Portela do Home. Lobios, Ourense)