Si alguna vez decides dar una vuelta por el Almacén Visitable del Museo Arqueológico de Málaga, tras cruzar su puerta, al fondo del pasillo, descubrirás un conjunto de mosaicos colgados de la pared. Pues bien, te puedo adelantar que uno de ellos es completamente falso.
De los fragmentos musivos que en esta parte del museo cuelgan, se conoce que los situados a la izquierda formaron parte del pavimento de la villa romana del Faro de Torrox, una villae a mare citada como mansio de Caviclum en el Itinerario de Antonino y localizada entre Sexi Firmum Iulium (Almuñécar, Granada) y Maenoba (Torre del Mar, Málaga).
Desde que inauguraran el museo de mi provincia y lo visitara por primera vez – han sido muchas las ocasiones desde entonces -, me había preguntado por qué estos mosaicos quedaban sin exponerse en la sala dedicada a la romanización, en el mismo espacio donde se encuentran el resto de piezas, entre ellas otro mosaico, halladas en el Faro de Torrox. ¿Por qué se expondrían en el Almacén y sin nota o leyenda identificativa sobre su lugar de procedencia?
Las respuestas a tales cuestiones, que llevaba tiempo arrastrando en mi mente, me las brindó una publicación de la Revista Jábega (número 20 del año 1.977), la cual andaba consultando con objeto de documentarme sobre los estudios realizados en la antigua Caviclum. Pero antes de pasar a relatarte la historia de este ‘peculiar’ mosaico, deja que te lo muestre.
Y esta es la historia que hoy os quiero contar:
En el año 1.905 don Tomás García Ruiz, persona encarga de cuidar el faro de la localidad malagueña de Torrox Costa, excavó por primera vez el yacimiento. En esta campaña inicial que el torrero practicó, y según hizo constar en su posterior Memoria titulada “Descubrimientos del Faro de Torrox”, detalla: “Una bóveda de entrada circular, compuestas de dos galerías, situadas en el mismo plano… Sus paredes están cubiertas de un consistente estuco de argamasa formado con cal y unos cubos de ladrillo; un recinto de mampostería…, de paredes gruesas y sólidas. El suelo, revestido de la misma argamasa ya dicha, tiene una consistencia durísima y gran impermeabilidad; un trozo de solería, de un pasillo, formado de mosaico de color azul, blanco y rojo; y cuatro fosas-nichos que encerraban cada una su correspondiente cadáver. El recinto murado y los nichos se volvieron a tapar y así continúan.”.
Intuía el torrero haber realizado un gran descubrimiento, pero, para su sorpresa y enojo, sólo recibió a cambio una buena dosis de mofa y burla por parte del círculo de intelectuales de la localidad de aquella época. Enfermo, abatido y sin apenas recursos económicos, don García Ruiz decidió dar por concluida esta primera campaña arqueológica.
Habría que esperar al año 1.909 para el reinicio de los trabajos. Con el dinero obtenido por la venta de una propiedad que poseía en Ayamonte, provincia de Huelva, el responsable del faro retomará sus excavaciones; unos trabajos que perdurarían hasta el año 1.913 y que sirvieron para sacar a la luz los restos de una villa romana, un conjunto de piletas de salazón junto a una necrópolis, además de unas termas. Con fecha 06 de febrero de 1.909 había enviado un manuscrito a la Real Academia de la Historia dando debida cuenta de los hallazgos allí realizados hasta esa fecha y haciendo lo propio en el artículo “Torrox” de la Enciclopedia Espasa y a la Academia de las Bellas Artes de San Telmo y Comisión de Monumentos.
En el año 1.914 el Estado comprará a don Tomás García Ruiz un lote de 140 piezas procedentes del conjunto de las zonas excavadas. Entre estos objetos se encontraba el mosaico “Disco con atunes”.
En relación a dicho mosaico, se haría constar: “1 fragmento de mosaico circular de 0.70 metros de diámetro representando el escudo de esta ciudad. Consta de una cenefa… dos pescados en el centro, entre ellos una inscripción, y una estrella cerca de la cenefa. Los peces, la inscripción y la estrella están hechos con teselas amarillas, azules, rojas, verdes y negras.”.
Sí, has leído bien. Según el encargado de estas excavaciones, junto al conjunto de mosaicos hallados en la villa (dos victoriae aladas, uno con representación de un caballo tirando de una cuadriga o un carro, una paloma posada sobre una rama y picando una flor junto a otro pájaro posado en el borde de una crátera y un mosaico también circular con representación de una rueda astral), informa y hace entrega de otro mosaico en forma de medallón que representaba el escudo de la ciudad que había descubierto. ¿A cuál podría estar refiriéndose don García Ruíz? El torrero estaba seguro de haber completado un gran descubrimiento. Creyó, o le interesaba trasladar en su Memoria, que sus excavaciones habían dado como fruto el descubrimiento de la antigua Sexi.
Hay que saber que, a parte del conjunto de piezas de las que hace entrega al Estado en el año 1.914, de lo que no da cuenta don Tomás García Ruiz es del hallazgo en la campaña de 1.905 de una moneda desgastada procedente de la ceca de Sexi y en cuyo reverso aparecían dos atunes. Así queda recogido por don Rodrigo Amador de los Ríos que, con motivo de la elaboración del Catálogo monumental de la provincia de Málaga, visitara las excavaciones de Torrox por primera vez en el año 1.908:
“(Halláronse)… monedas de cobre de distintas procedencias, una de las cuales, de su anverso frustro, presentaba en el reverso dos atunes a la derecha, pareciendo por tanto de Abdera.”.
Cierto es que don Amador de los Ríos, en una primera valoración, confunde la ceca de Abdera (localizada en la actual Adra, provincia de Almería) con Sexi. De hecho, de las campañas que se realizaron entre 1.909 y 1.9013 aparecieron otro conjunto de monedas, entre ellas otras también de la antigua Sexi, que al día de hoy están desaparecidas. Pero no resulta menos cierta la insistencia que hace don Tomás García Ruiz sobre la correspondencia de su descubrimiento, reiterando una y otra vez haber sacado a la luz los restos de la antigua ciudad de Sexi Firmum Iulium. En la Memoria y en el artículo de la Enciclopedia Espasa cita:
“Entre los fragmentos de mosaicos que ornamentaban los pavimentos de las habitaciones descubiertas que hemos levantado, existe uno en el cual aparece el emblema de la ciudad representado por dos grandes peces, al parecer atunes, una estrella e inscripción en el centro. Si recurrimos al testimonio de la Numismática, élla nos enseña que las monedas pertenecientes a Sex o Sexti son aquellas que en el reverso tienen troquelados dos peces, la inscripción y la estrella, figuras que se observan en este mosaico, y ante tal testimonio se nos ocurre preguntar: ¿por qué en el pavimento de una de las habitaciones descubiertas existían el emblema que en Numismática se atribuye a Sex o Sexti? La respuesta no es dudosa: porque lo descubierto en término de Torrox corresponde a la antigua colonia romana Sextifirmium cognomine Iulium célebre por su origen, su comercio y su industria.”.
En el año 1.913, don Rodrigo Amador de los Ríos, ya en calidad de director del Museo Arqueológico Nacional, visitará por segunda vez las excavaciones del Faro de Torrox. Es en ese momento cuando intuya la falsedad de la pieza, aunque no se atreviera a pronunciarse con total rotundidad:
“Haciendo oficio de tablero de velador, hay aun otro medallón circular, en cuyo campo, toscamente dibujados, aparecen los dos cachalotes, la estrella y la leyenda, tal y como figuran en las monedas de Sexi, de las cuales hay también en buen estado de conservación algunas.
Sin duda por indicación de alguien, y pensando lo más piadosamente posible respecto de este último medallón, el Sr. García y Ruiz sostiene la creencia de que lo por él descubierto es parte de la antigua población que, situada en la costa mediterránea, llevó el nombre de Sexi, y era célebre por sus escabeches y salazones. Acredita, a su juicio, tal concordancia, el medallón circular de referencia, el cual tiene para él el valor probatorio de un epígrafe, aunque hasta ahora, después de largas discusiones a su verdadera situación relativas, ha sido identificada la indicada población, con la de Almuñécar, cerca de la cual el pueblo de Jete, en sentir de algunos, recuerda en cierto modo el nombre de Sexi, que no siempre escribieron de igual manera geógrafos e historiadores romanos.
Quede esta cuestión para dilucidarla quien sepa y quiera, pues yo ni acepto ni rechazo la atribución supuesta: sólo me permitiré observar, por lo que valga, que el mismo Sr. García Ruiz me indicó haber retocado algunos de los mosaicos de su colección, y que se apresuró a mostrarme la moneda de Sexi que lleva el mismo emblema en el medallón dibujado.”.
Efectivamente, don Amador de los Ríos deja por escrito y constatada la sospecha y más que dudosa autenticidad del mosaico en cuestión. Por otro lado, don García Ruíz le había admitido haber retocado otros mosaicos encontrados en sus excavaciones haciendo uso de teselas dispersas en el yacimiento. Un dato a tener en cuenta es que, a diferencia del resto de pavimentos musivos hallados en la villa, en el caso del medallón con los dos atunes, el torrero no deja constancia del lugar o habitación exacta donde lo excava, algo sospechoso porque el mapa del trabajo de campo que elabora y la Memoria que redacta es de una exquisita precisión.
Así queda la situación del mosaico y la villa. Las excavaciones permanecerán olvidadas hasta que en el año 1.940 se retomen. Este nuevo trabajo lo llevarán a cabo Giménez Reyna y Rein Segura, campaña en la que hace su aparición el horno alfarero del conjunto arqueológico. A partir de las nuevas conclusiones ya se indica que la villa romana corresponde al bajo imperio – desde el siglo III d.C., aunque con una posible habitabilidad de la zona desde los siglos I-II d.C. – y que su vida perdurará hasta la Edad Media Temprana. Pero del mosaico o la zona donde pudo ser excavado ningún dato.
Habrá que esperar años posteriores, encontrándose el conjunto de piezas expuestas en el Museo de Málaga ubicado en la Alcazaba, cuando se llegue a una conclusión que parece definitiva: don Tomás García Ruiz habría tomado como referencia la moneda desgastada localizada en la primera campaña. Una moneda donde, por su nivel de deterioro, no mostraba al completo los detalles del reverso y así fue mal interpretado el epígrafe neopúnico Mn B’l Sks. Y con esa misma ausencia de detalles una mano inexperta elaboró el mosaico de los dos atunes con telelas procedentes de otros mosaicos que pavimentaron el lugar y que presentaban un alto grado de degradación. Ante la falta de acreditación sobre la autenticidad de su descubrimiento, nos referimos a la ciudad de Sexi, ordenará preparar el emblema como prueba de la misma e incluirlo en el conjunto de piezas encontradas.
El conjunto de fragmentos musivos a los que antes me he referido (las dos victoriae aladas, el caballo tirando de una cuadriga y el emblema circular con representación de rueda astral) son los que acompañan al Disco de los atunes en la pared del Almacén Visitable del nuevo Museo Arqueológico de Málaga. Puede que estas cuatro piezas no se expongan en la sala dedicada a la romanización porque fueran los que don García Ruiz retocara con teselas del yacimiento (hipótesis). En cambio, aquel donde queda representada una paloma posada sobre una rama y picando una flor y un pájaro sobre el borde de una crátera sí lo podéis contemplar en dicha sala.
Con esta teoría doy por satisfecha mi curiosidad. Tal vez don Tomás García Ruiz no pusiera al descubierto los restos de la antigua ciudad de Sexi entre las ruinas del Faro de Torrox, como quiso demostrar con tanto empeño. Pero, por el contrario, esa mente abierta del torrero y sus manos inexpertas ayudaron a sacar a la luz la mansio de Caviclum, como por ahora ha quedado reconocido.
Ahora bien, existe otro mosaico localizado en la villa del Faro de Torrox que se expone en Barcelona, concretamente en el Museo de Arqueología de Cataluña. ¿Cómo llegó esta otra pieza hasta esta ciudad? ¿Procede de las excavaciones realizadas en 1.940 por Giménez Reyna y Rein Segura? (hipótesis). Yo personalmente lo desconozco.
Autor: Javier Nero
Bibliografía:
- Las ruinas del Faro de Torrox y el problema de Caviclum (Pedro Rodríguez Oliva. Extracto de la Revista Jábega nº 20, año 1977. Centro de ediciones de la Diputación de Málaga.
- El mosaico del Museo de Málaga con tema monetal de Sexi: Una falsificación (Pedro Rodríguez Oliva)
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¿Ha pensado en solicitarle al curador del museo una entrevista para satisfacer su curiosidad? O al menos hacerle llegar su escrito. Quizá tenga algo que decir.
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Oye, pues fíjate que no había caído en ello. Supongo que por al haber saciado mi curiosidad con los mosaicos de Málaga, ya me di por satisfecho. Dejo anotada esa idea. Gracias.
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Very nice bllog you have here
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