Dea Caelestis

Santuario íbero-romano de Torreparedones. Baena, Córdoba

Daleninar se despertó antes de romper el alba; entre los picos montañosos del horizonte aún no asomaban los primeros rayos de luz. Su esposo dormía plácidamente sobre el jergón de paja seca acomodado en la estancia y las dos pequeñas parecían inmersas en sus dulces sueños infantiles.

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Lacipo

Casares, Málaga

En anteriores publicaciones explicábamos como el viejo oppidum prefundacional a Baelo Claudia (pulsa aquí para visitar el yacimiento Silla del Papa), situado sólo a cinco kilómetros de esta ciudad hispanorromana, ejercía las funciones de control sobre aquellos antiguos caminos que atravesaban su territorio y comunicaban la costa del Mediterráneo con los asentamientos del interior. En realidad, fueron muchos los recintos fortificados gobernados por reyezuelos que se erigieron para controlar estos viejos pasos; rutas que se utilizarán en la antigüedad con fines comerciales y transporte de minerales. Tras la colonización romana, todos estos emplazamientos acabarán entrando en la órbita de la nueva cultura y la ciudad de Lacipo será uno de ellos.

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Caviclum, villae a mare

Yacimiento Arqueológico Faro de Torrox, Málaga

Desde el horizonte se divisa un inmenso promontorio extendido mar adentro, como si de una gran lengua rocosa se tratara. Un espacio donde la mano del hombre ha logrado arrebatar una pequeña porción de su reino al propio Neptuno y el señor de las aguas, en lugar de cargar su ira contra ellos, los obsequia con cuantiosos frutos. Allí, en tierra firme, se alza Caviclum presidida por su majestuosa villae maritimae.

CALA FARO DE TORROX

Cala del Faro de Torrox y al fondo el litoral malagueño. Torrox Costa.

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El balneum

Como ya comentábamos en su artículo anterior, en un pequeño bosque situado a las afueras del núcleo poblacional, a intermediación entre los oppidum de Ipagrum (actual Aguilar de la Frontera) y Ostippo (Estepa. Para leer el artículo relacionado con el asentamiento turdetano de Astapa, pulsa aquí), los veteranos de las legiones recién licenciadas levantaron un balneario público con ayuda de las comunidades indígenas. Un balneum dedicado al ocio y culto a las aguas donde los nuevos colonos, así como los comerciantes y viajeros que empezaron a transitar por estas tierras, pudieron disfrutar del placer que les brindaban estos baños mientras descansaban, comían, practicaban deporte o formalizaban acuerdos mercantiles.

Aprovechando la calidad de las aguas que corrían por un inmenso arroyo, sin olvidar las excelentes estructuras que los antiguos pobladores ya tenían levantadas a modo de tapiales, se construyó el balneum o balneario de Fuente Álamo.

2-1 - TERMAS DE INVIERNO TEPIDARIUM Y CALDARIUM

Termas de invierno. Tepidarium y Caldarium. Villa Romana de Fuente Álamo. Puente Genil, Córdoba.

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La leyenda de Marcus Licinius Crassus

Sala Marco Craso en Cueva del Tesoro. Rincón de la Victoria, Málaga

Un historiador local de finales del siglo XVIII, don Cristóbal Medina Conde, recoge de otro autor anterior (siglo XVII, Fray Antonio Agustín de Milla y Suazo) que el refugio utilizado por Marco Craso en el año 86 a.C. con el objeto de esconderse de sus perseguidores Mario y Cinna durante ocho meses, según la obra de Plutarco, fue la Cueva del Higuerón, es decir, la actual Cueva del Tesoro y que, tras su descubrimiento, una de sus salas quedó bautizada con el nombre Sala de Marco Craso. Este historiador hace referencia a dos aspectos importantes que relacionarían este lugar con los hechos narrados por el historiador griego:

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La Hiponova de Plinio el Viejo

Peña de los Gitanos en Montefrío. Granada

Dos referencias, una polémica. La Hiponova mencionada por Plinio el Viejo en su obra “Historia Natural” y la Iponoba de la “Geografía” de Estrabón. ¿Dónde quedó realmente emplazada esta ciudad? ¿En la Peña de los Gitanos localizada en el municipio granadino de Montefrío? O, por el contrario, ¿en el Cerro del Minguillar de Baena, Córdoba?

PEÑA DE LOS GITANOS

Peña de los Gitanos. Montefrío, Granada.

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Ocaso

Acinipo. Capítulo VI

Como ya os comenté, la población de Acinipo había aumentado considerablemente en los últimos años. Este incremento de la población provocó, a su vez, un aumento en la demanda de las instalaciones públicas y, por tanto, de las necesidades en el suministro de agua. Desgraciadamente, la ciudad de Acinipo no estaba preparada para tan elevado consumo hídrico.

REFORMAS EN TERMAS ACINIPO

Reformas en las termas. Yacimiento Arqueológico de Acinipo. Ronda, Málaga.

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Municipium Pontificiensis Obulco

ATLANTE IBERO-ROMANO

Atlante íbero-romano. Museo de Porcuna, Jaén.

Fue a partir del siglo II a.C. cuando se inicia el proceso de romanización en el asentamiento túrdulo de Ipolca, pasando a denominarse el territorio, desde este preciso momento, como Obulco. Los habitantes del viejo oppidum, situado en lo que conocemos como Yacimiento Los Alcores, comienzan a repoblar las tierras bajas que hoy ocupa la actual Porcuna, pero sin desarraigarse aún de su cultura y costumbres íberas.

Aún en los prolegómenos de la romanización, República y primeros años del Imperio, Obulco gozó de cierto prestigio e importancia, manteniéndose como una verdadera aliada de Roma. Llegó a acuñar moneda propia, puesto que el comercio, los recursos agrícolas (las producciones de cereales y, en concreto, el trigo fueron símbolos de su numismática junto al arado) y la ganadería seguirán siendo sus mayores valedores en este territorio. Tanto fue así que, incluso, disfrutó de cierta autonomía con respecto al poder romano.

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Acinipo: El trazado urbano

Acinipo. Capítulo V

Justo después de la designación de Augusto como emperador, ya con la dinastía Flavia en el poder, se inicia el proceso de monumentalización, o engalanado de obras públicas, en las distintas ciudades romanizadas. Acinipo sería una de ellas.

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La llegada de los romanos al Singilis

Resuelto definitivamente el conflicto civil entre el ejército de Julio César y las facciones pompeyanas, dirigidas por Tito Labieno en la que vino a denominarse como Batalla de Munda, a los licenciados victoriosos de las tropas cesarianas y en gratitud a sus esfuerzos y confianza sobradamente demostrada, se les otorgó grandes extensiones de tierras en el Valle del Guadalquivir. Espacios que, como no podía ser de otro modo, son entregados a estos veteranos en forma de centuraciones, es decir, terrenos parcelados.

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